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domingo, 29 de septiembre de 2024

Crítica: ¿QUIERES ESTAR CONMIGO?


Una adaptación a la actualidad

La conocida obra ¿Quieres estar conmigo? de Roberto Ángeles y Augusto Cabada regresa adaptada a la actualidad, bajo la dirección de Tania López y la actuación de un joven y talentoso elenco conformado por Gabriel Poémape, Briana Campos, Alfredo Motta, Edu Albarracín, Joel Calderón, Lucía Mayorga, Santiago Torres, Ana Paula Galvez y Paola Carbo.

La adaptación de la obra, a cargo de Mikhail Page, se sitúa en una Lima actual en el periodo del 2014 al 2024. La obra inicia en los últimos años de secundaria de un grupo de amigos a quienes acompañaremos durante diferentes hitos de su vida en un periodo de diez años. Así, los vemos crecer, enfrentar el amor y el desamor, la vida universitaria, la amistad y las peleas, la vida profesional, las despedidas, los retos y crisis que enfrenta la juventud en el Perú actual, marcado por la inestabilidad política, las protestas sociales y las secuelas de la pandemia.

Si bien el texto original parte de una premisa que ofrece un terreno fértil para explorar las complejidades de una generación atrapada entre la inocencia y el idealismo y la realidad, esta adaptación se queda en la superficie de estos conflictos. A lo largo de la historia, las vidas de los personajes se ven atravesadas por grandes eventos del país —desde la renuncia de presidentes hasta las protestas del 2020- pero estos sucesos, lejos de ser analizados con profundidad, son tratados de forma superficial, perdiendo la oportunidad de traer al teatro peruano narrativas más actuales. De esta manera, el texto pierde importancia y queda a medio camino entre el drama juvenil y la crítica social, sin desarrollar adecuadamente ninguno de los dos aspectos.

Un punto a favor, presente en la dramaturgia original, es que la estructura de la obra avanza rápidamente entre los años, presentando tres grandes saltos temporales que plantean las tramas de los personajes y sus transformaciones. Vemos cómo estos jóvenes pasan de ser adolescentes recién salidos del colegio (2014) a jóvenes llenos de ideales (2020) y finalmente a adultos más maduros con nostalgia de su juventud (2024).

En cuanto a la dirección, en relación con la propuesta escénica en el teatro, no logró la apropiación del espacio. La puesta en escena minimalista no contribuye a que los actores y actrices adquieran relevancia en el espacio, ya que las secuencias transcurren mayormente en los extremos del teatro o en la parte posterior perdiendo presencia en el escenario. Asimismo, no hay una propuesta clara en las transiciones entre las diferentes épocas, de manera que no logra evocar la sensación de paso del tiempo ni contextualizar los hitos relevantes del país.

Por otro lado, destaco las actuaciones del elenco, actores y actrices jóvenes que representan una nueva generación para el teatro y que logran sostener una obra larga con energía y autenticidad, consiguiendo momentos de conexión y resonancia emocional. Además, son ellos los que logran a través de su actuación mostrarnos la evolución de sus personajes y evidenciar el paso del tiempo.

A pesar de las buenas actuaciones y una premisa interesante, la adaptación no logra dar el peso necesario a los temas que aborda, dejando al espectador con la sensación de que, en un contexto lleno de conflictos como el actual, se perdió la oportunidad de ahondar en una narrativa contemporánea.

Alexandra Valdivieso Chudán

29 de setiembre de 2024

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