Páginas

jueves, 26 de septiembre de 2024

Crítica: EL EFECTO PROUST


Promesa fallida

Uno de los temas más recurrentes por los artistas de todos los tiempos ha sido el amor. Este sentimiento, que es eminentemente humano y se encuentra presente en una gran cantidad de escritos literarios, ha sido y sigue siendo una fuente inagotable de inspiración artística para los creadores.

Así, pues, no es de extrañar que basado en este sentimiento, Daniel Cano escriba y dirija la obra de teatro El Efecto Proust. Esta se desarrolla en un bar de Madrid, donde Matías, un amante de las letras, busca a Romina, su antigua pareja, con el fin de hacer cumplir su último pacto, el cual hiciera antes de que ella se fuera del Perú y recordar la intensa pasión que compartieron hace mucho tiempo. No obstante, han transcurrido diez años y la vida de Romina ha experimentado cambios. Para poder lograr su objetivo, Matías utilizará los recuerdos, las sensaciones y la memoria que se almacenan en sus sentidos. Fuerza, pasión, amor, verdad se instalan en la discusión central de la obra, un conflicto que se articula precisamente en torno a los cambios de la vida de Romina y al amor que le profesa Matías. 

Las actuaciones de esta obra son un gran acierto. Todas ellas están a un buen nivel. El profesionalismo de los actores y su trabajo dan sustento a la propuesta; ellos logran mantener las escenas, el conflicto y las necesidades de la acción dramática a la que se juega la obra. Valentina Saba, con su trabajo sólido y bien sostenido, realza a su personaje dotándolo de una interpretación llena de verdad. Diego Salinas dice sus textos con matices, valorando las palabras y dotándolas de significación, con una fuerza interpretativa que lo lleva a transmitir todas las etapas por las que atraviesa su personaje. Francisco Luna genera un personaje muy coherente, compacto, que trasmite la seguridad y personalidad que su personaje requiere. 

Con este trabajo, Cano, como dramaturgo y director, ha demostrado ser un artista capaz de explorar las escenas de manera muy ingeniosa y organizada. Logra que el espectador de forma clara pueda leer los hechos y situaciones que ocurren en diferentes momentos; solo con una ligera acción en cada personaje, automáticamente nos trasportan a otro momento. Se aprecian escenas bien organizadas donde la acción dramática se desarrolla de manera nítida. Ha llenado también la obra de momentos conmovedores, dulces, divertidos y de gran tensión, manteniendo al espectador enganchado de principio a fin.

La puesta en escena El Efecto Proust tiene actuaciones notables y una dirección muy bien trabajada. Sin duda, muy interesante y recomendada.

Javier Gutiérrez

26 de setiembre de 2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario