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sábado, 31 de agosto de 2024

Crítica: Y QUE SIGA LA JARANA


Bienvenidos a la Peña Claudia

En el CC. Ricardo Palma se estrenó una obra familiar que sirve como homenaje a la peña criolla de barrio. Aquellas que reunían al vecindario a cantar, a jaranear y a tomar al ritmo de la música criolla. Esta obra de teatro musicalizado escrita y dirigida por Marco Palomino transcurre dentro de la “Peña Claudia”, la peña que en la vida real era la de su abuelo.

La trama en la que la dueña del local habla con los clientes/amigos no necesita darles muchas vueltas a las historias. Relatos de desamor, de alegría, de amores olvidados y otros recordados son solo excusas para cantar valses y boleros (y algún festejo) uno tras otro como si fuera un concierto. ¿Quieres recordar a tu cariño? Pues cantemos “Cariño bonito” juntos. Es decir, no es un musical, es solo una invitación a la cultura de las peñas criollas: una anécdota antes de agarrar un micrófono, amigos del barrio, desahogo en una canción, pensar en tu familia, sentir la nostalgia, etc.

Tal vez el punto más complejo está en intentar reproducir el ambiente de una peña. A un ambiente amplio, como una sala de teatro, donde el sonido puede perderse o le resta intimidad a las canciones, se le suma el poco sentimiento que pueden tener algunos actores al interpretar las canciones. A veces en una peña es mejor sentir lo difícil que nos trata la vida antes de un canto bien afinado.

A pesar de esto, es imposible no pasar un gran momento con un repertorio que incluye “Cholo soy”, “Mal paso”, “El Mayoral”, etc. y a una Trilce Cavero que se luce como la dueña del local interpretando de gran manera sus canciones. Y si le agregamos el componente de fiestas patrias, solo falta un chilcano bien cargado y nuestra visita a la “Peña Claudia” está completa.

Gabriel Calderón

31 de agosto de 2024 

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