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viernes, 16 de agosto de 2024

Crítica: PINOCHO VAGAMUNDO


Clásico revisitado para la familia

¿Se puede todavía innovar en propuestas escénicas basadas en los cuentos clásicos de toda la vida? Pues Ismael Contreras y su colectivo Palosanto Teatro son prueba fehaciente de que sí es posible: el popular relato original de Carlo Collodi acerca del niño de madera le sirvió a Contreras para escribir su propia versión, Pinocho Vagamundo, a la que le realiza algunas modificaciones con respecto al original, como por ejemplo, la presencia del Espíritu de los Bosques en reemplazo de la conocida Hada, fomentando de esta manera el cuidado de la naturaleza y el medio ambiente a través de la inclusión de este personaje. Aquella fue una misión que se impuso Ismael y que le dejó como legado a su grupo, que sigue adelante brindando sano entretenimiento y promoviendo un mensaje ecologista.

Ahora con canciones adicionales, compuestas por Ismael y Cecilia Zapata, la puesta luce renovada en el Centro Cultural CAFAE, con atractivos personajes, una escenografía colorida y funcional, así como el tan necesario mensaje de ser honesto y responsable en las decisiones que tomamos. Luego de cumplirse el sueño de Gepetto (Juan De Los Santos), Pinocho (Yasmine Incháustegui) cae en manos de dos inescrupulosos delincuentes, el Zorro (Andrés Solano) y el Gato (Isabel Flores), quienes a través de engaños lo convencen de trabajar en un circo de dudosa reputación. La directora Marisa Contreras consigue un espectáculo entretenido y participativo con el público; además de rehuirle al facilismo del playback, prefiriendo las canciones con voz en vivo a cargo de los inspirados actores que interpretan más de un personaje, y los efectos y música de Paolo Chocano.

Curtidos en estas lides, Incháustegui le aporta el toque ingenuo y humano a su Pinocho, mientras que De los Santos se divierte a sus anchas como el déspota dueño del circo. Mención especial para Solano y Flores, quienes no solo demuestran una buena química en escena, sino que además de ser versátiles, le inyectan mucho humor en la interpretación de los villanos de la historia. Bien por Palosanto Teatro que continúa con el legado del maestro Ismael, demostrando las enormes posibilidades creativas de continuar explorando los cuentos clásicos, para brindarles así mensajes positivos a los más pequeños. Pinocho Vagamundo es una muy buena opción para disfrutar y aprender en familia.

Sergio Velarde

16 de agosto de 2024

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