Páginas

miércoles, 26 de junio de 2024

Crítica: TRES DE ABRILL


Breves historias de muerte

Una de las iniciativas de la Facultad de Artes Escénicas de la Pontificia Universidad Católica es la de brindar un acercamiento a sus estudiantes de último año de la especialidad de teatro a la experiencia escénica local; es así que viene presentándose en el Club de Teatro de Lima la temporada titulada Tres de Abrill, con la producción, dirección y actuación en conjunto de jóvenes artistas en sólida formación. La puesta mencionada está constituida por un trío de microhistorias escritas por el muy interesante dramaturgo contemporáneo Federico Abrill, y el resultado final es bastante correcto, prolijo y entretenido.

Las tres historias, aunque breves e independientes, comparten la idea de la muerte como eje principal. El encargado de la dirección, Gustavo P. Billinghurst, consigue unirlas de manera coherente, a pesar de las tramas y estilos tan distintos que manejan. No es lugar para los muertos es una comedia ligera que involucra a un reciente viudo que insiste en permanecer en el velatorio y a un pícaro empleado que necesita el espacio para fines más mundanos. En Déjame ir, asistimos a una conmovedora conversación entre una madre y su hija luego de un terrible accidente; la primera no quiere quedarse sola y la segunda quiere partir. Por último, En la oscuridad ofrece una narrativa simbólica y elíptica entre dos misteriosas personas, alumbradas solo por linternas, en un espacio incierto y aparentemente, habitado por almas en pena. La ejecución escénica es bastante funcional en las tres secuencias, las cuales avanzan sin tropiezos, sumado al buen trabajo del grupo de intérpretes.

Los jóvenes Nini Llave, Sofía Núñez, Susan Pinedo Calderón, Héctor Montoya, Jair Zea y Fabrizio Morales no solo se encargan de darle vida a convincentes personajes, sino que cumplen además, diversas funciones en la producción del espectáculo, lo que resalta el carácter coral que debería ser una constante de toda puesta en escena. Con la asesoría de Marissa Béjar y Alesandra Reto, Tres de Abrill es un muy recomendable montaje que aborda de manera creativa la idea de muerte, desde distintas ópticas creadas por un mismo autor; pero también comprueba el gran nivel de estos jóvenes artistas en formación, dispuestos a crear proyectos teatrales con responsabilidad y cuidado.

Sergio Velarde

26 de junio de 2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario