Tres hermanos
El paso inexorable del tiempo y las huellas que deja en su camino siempre aparecerán, de un modo u otro, en las piezas de Eduardo Adrianzén. Como en Cómo crecen los árboles (2014) o Silencio sísmico (2016), con los rezagos del conflicto armado interno apareciendo sobre los protagonistas; o en El día de la luna (1996) o La eternidad en sus ojos (2013), que se fijan en las enormes brechas generacionales. El último estreno del autor, Infusión, actualmente en cartelera en el Auditorio del Británico Cultural, no abarca ciertamente temas tan generales, pero sí que explora con brillantez, dentro de su sencillez argumental, la rutina de tres variopintos hermanos de clase media, durante los últimos días de vida de su madre enferma, en medio de recuerdos, frustraciones y anhelos compartidos, y acompañados por canciones y música de los años setenta.
Cada uno de los muchachos se encuentra muy bien delineado: Gustavo (Giovanni Arce) y su rehabilitación luego de un trágico accidente; Nicolás (Rodrigo Chávez) y su nada disimulado temor al matrimonio; y Lorenzo (Jano Baca) y su difícil decisión de cambiar de rubro profesional. En medio ellos, tres técnicas de enfermería (la misma Yaremis Rebaza) que se convierten en testigos de sorprendentes confesiones del trío de hermanos, mientras esperan el fallecimiento de su progenitora. La sólida dirección en conjunto de Oscar Carrillo y el mismo Adrianzén evita en todo momento caer en cualquier facilismo melodramático; por el contrario, se aprovechan muchos momentos puntuales para generar sonrisas en el espectador, gracias al sentido del humor que Adrianzén sabe impregnar con brillo en su producción dramatúrgica.
Excelentes actuaciones de Arce, Chávez y Baca, los tres parejos y convincentes en sus personajes; mención especial para la destacada participación de la versátil Rebaza, precisa en cada una de sus personalidades en escena. Acaso la presencia de la madre, acostada de espaldas en la camilla y los sonidos que se alcanzan a escuchar de ella podrían revisarse, pero son indudablemente detalles menores. Producida por LUFTBALUN y el mismo autor, Infusión, tragicomedia en toda regla, es una muy recomendable puesta en escena, contenida en su introspección, llena de detalles y matices en su ejecución, y que devuelve a las tablas a un inspirado dramaturgo (y ahora director) como Adrianzén, pieza clave dentro de nuestro panorama teatral actual.
Sergio Velarde
10 de noviembre de 2023
Muchas gracias!!!
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