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jueves, 26 de octubre de 2023

Crítica: SYLVIA


Amores perrunos

Escrita por el dramaturgo norteamericano A. R. Gurney, Sylvia (1995) es una divertida y conmovedora pieza, que seguramente hará las delicias de todo dog lover. Además, sería un error considerar este espectáculo solo como una historia, no dirigida a niños, acerca de una simpática perrita interpretada por una actriz; la obra, actualmente en el Teatro de Lucía, es mucho más que eso: es la intrusión de esta mascota en el matrimonio de una pareja de cuarentones el disparador para un genuino quiebre en sus vidas, uno que pondrá en duda sus prioridades y los verdaderos sentimientos entre ellos. Rodrigo Falla Brousset dirige con buen pulso a un sólido elenco en una puesta en escena que no debería dejar a nadie indiferente.

La trama se centra en un neoyorquino (Gustavo Mayer) que adopta una perrita llamada Sylvia (Carolina Cano) abandonada en Central Park y la lleva a su departamento, ante la preocupada mirada de su esposa (Ebelin Ortiz). Más allá de la curiosa y lograda convención de escuchar a la mascota hablando en nuestro idioma y dialogando con los humanos, resulta sumamente ingeniosa la idea de este insólito triángulo amoroso, pues Sylvia se convierte literalmente en la tercera en discordia, haciendo peligrar la estabilidad de un matrimonio de años. Además, se deja entrever la moda (acaso cada vez más visible) de humanizar a las mascotas y tratarlas como personas. 

Los carismáticos actores vuelven creíbles todas las secuencias. Gran trabajo de Mayer, convincente y enérgico para defender ante todos su (a veces) excesivo cariño hacia Sylvia; y Ortiz no cae nunca en la trampa de convertirse en la “mala” de la historia, las decisiones de su personaje son lógicas y coherentes. Sergio Paris, por su parte, se las arregla para componer tres hilarantes personajes: el tosco dueño de un perro, la sofisticada amiga de Ortiz y una ambigua terapista de pareja. Pero quien destaca sobremanera es la sorprendente Cano, quien se roba todas las escenas en las que aparece, ya sea subiéndose a los muebles, haciendo los trucos que le indica su dueño, coqueteando con los perros en el parque y quejándose luego de ser esterilizada, así como en un antológico encuentro con un gato. Sylvia es una imperdible comedia que conmoverá no solo a los que consideramos a los perritos como parte fundamental de nuestras familias.

Sergio Velarde

26 de octubre de 2023

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