Debo felicitar al colectivo El
Quipu Enredado, por replantear cómo deberían ser las explicaciones conceptuales
en los museos, a través de la pedagogía y el teatro. Desde el colegio, los
peruanos tenemos la idea de que una visita al museo consiste en atravesar una
experiencia en donde se mezcla el elitismo intelectual con la monotonía de una
explicación unilateral. En esta oportunidad, la obra Buen Gobierno, fue
radicalmente lo contrario, pues implicó a los espectadores en entender antes
que en recibir información y esto fue muy interesante y potencial.
Felipe Guamán Poma de Ayala fue un cronista
muy conocido por ilustrar las terribles injusticias contra la población
indígena de los primeros años de la colonización en América. Es un personaje
muy conocido dentro de la academia, pero no tanto entre la ciudadanía. Lo que
más me gustó fue que la experiencia consistió en un recorrido muy bien planeado
y exacto por la Casa de la Literatura. Esto último demuestra que tuvo una
planificación no solo conceptual, sino de ensayo grupal. Incluso me atrevería a
decir que la experiencia fue casi personalizada, pues nos dividieron en tres
grupos en donde cada uno tuvo hacia el final una reflexión diferente de Poma de
Ayala. Lo más inteligente es que eventualmente estas tres reflexiones convergen
en un mismo final en el auditorio.
Escénicamente, me gustó el gran esfuerzo que
se puso en construir elementos, vestuario y accesorios que no solo eran parte
del montaje, sino que tenían una interacción con el público. Esto hacía que el
público no se inhiba y participe en la reflexión sobre el papel de Poma de
Ayala desde la historia. Me gustó que todo fuera tan dinámico. Nunca uno perdía
el interés en lo expuesto. La principal herramienta que usaban en la narración
era inducir al público a la inferencia y esto motivó a que muchas personas
participaran más y más, haciendo preguntas; es más, esto fue tan exitoso que
hacia el final hubo un karaoke, el cual tuvo mucha acogida. El tema central fue
la libertad de expresión, muy importante a considerar en estos tiempos y que
incluso fue mencionado durante el breve conversatorio final.
Finalmente, creo que muchos curadores y museógrafos
deben reconsiderar la experiencia de la visita del público. ¿Hasta qué punto
estamos siendo democráticos al momento de explicar nuestra historia? Yo estoy
convencido de que el punto central debe ser el que la gente saque sus propias
conclusiones y no inducir. La experiencia fue no un replanteamiento ni
revisionismo de Felipe Guamán Poma de Ayala, sino una reflexión democrática de
su papel en la historia del Perú. Felicitaciones.
Enrique Pacheco
25 de octubre de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario