Un musical desde el Misisipi
Confieso que desconozco el trabajo de Tennessee Williams,
pero revisé cada una de las obras originales y diferentes versiones de estas,
presentadas en otros países. Quiero felicitar a Yasmin Loayza por esta propuesta,
producto de un taller montaje, y por despertar interés en el autor que aborda
temas tan existencialistas.
La primera presentación fue La Marquesa de Larkspur Lotion. Para hacer mi crítica vi una
versión de la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga (1) y comparé lo
visto con el texto original. Cabe aclarar que el Larkspur Lotion es un producto
que se utiliza para combatir parásitos. En escena están tres personajes: la señora
Wire (Maribel Gutiérrez), la señora Hardwicke-Moore (Virginia Mayo) y el
Escritor (Jean Lugo). Como crítica constructiva, pienso que pudo precisarse más
el planteamiento de los personajes y sus roles en la historia; por ejemplo,
según el texto de Williams, el Escritor protege a la señora Hardwicke-Moore y,
de hecho, hace un monólogo en donde confiesa que es alcohólico y que siente
empatía por dicha señora. Por el contrario, la acción dramática giró en torno a
la mencionada señora, que no puede irse de la pensión por los insectos, y a la
señora Wire, que desea botarla por morosa. El ritmo de las actuaciones fue algo
acelerado y debe trabajarse más la proyección vocal, en general. En todo caso, mencionar
a Gutiérrez, por una actuación convincente.
La segunda presentación fue 27 Vagones de Algodón, en donde los personajes fueron Jake Meigham
(Luis Lozada), propietario de una desmontadora de algodón; Flora Meigham, la
esposa, (Marleny Rojas); y Silva Vicarro (Sandro Hernández), el superintendente
de la plantación del sindicato. La acción dramática fue muy interesante, pues todo
giró en torno al intento de Vicarro por arrancar una confesión a la esposa sobre
un supuesto incendio. En el transcurso de la obra es esta señora quien se
vuelve la protagonista al encontrar un camino emancipador femenino e insólito
para la época. La mejor secuencia sucedió aquí, cuando Vicarro seduce a Flora,
pues tuvo muchos componentes visuales de erotismo, muy sutiles, y sin caer en
la vulgaridad simplista. Por otro lado, me gustó que Loayza generara suspenso en
el público, por no saber quién efectivamente incendió la plantación.
Y finalmente, la última escena fue Hábleme Como La Lluvia y Déjame Escuchar. Quiero confesar que quizás
me hubiese gustado ver una versión más cercana al texto original, pues tiene un
fuerte componente dramático. Mi crítica se basa en el texto y en una interpretación
de la compañía teatral mexicana Versión Alternativa Moderna (2). La acción dramática
giró en torno a la historia de amor de un hombre hacia una mujer a pesar de las
desconfianzas, del paso de tiempo y de no darse atención mutuamente. En cambio,
aquí se presentaron todos los actores recitando monólogos a media voz,
entendiéndose luego que era un diálogo, con las actrices en primera fila (Rojas
y Mayo) narrando la historia con la luz tenue de una linterna; mientras que el
resto del elenco (Fernanda Coronado, Gutiérrez, Hernández y Lugo) estaba en
segunda fila, sosteniendo hilos atados en palos de madera.
La escenografía fue muy buena y con mucho simbolismo. Creo
que se podría hacer una versión libre más “peruanizada” de cada una de las
historias; de esta manera, podría restarle cierta densidad al espectáculo. Felicitaciones
por el buen trabajo a la directora y al elenco de este taller montaje de la
Asociación de Artistas Aficionados.
Enrique Pacheco
3 de setiembre de 2023
(1) Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga https://www.youtube.com/watch?v=X6Q3-aUCQVE
(2) Colectivo teatral Versión Alternativa Moderna https://www.youtube.com/watch?v=ydQ9Q3ADJP8
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