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lunes, 4 de septiembre de 2023

Crítica: LA VERDAD DE LAS MENTIRAS


A minutos de partir

La verdad de las mentiras, texto escrito por Betsheba Gil, en tiempos de pospandemia, ha sido llevado al teatro bajo la producción de Butaca C. Esta historia nos lleva a reflexionar sobre la vida que hemos llevado todo este tiempo y cuestionar lo que hemos hecho con ella. ¿Qué pasaría si fuera el último día de tu vida y tuvieras que rendir cuentas antes de partir? ¿Estaríamos satisfechos con las decisiones que tomamos o pediríamos con desesperación un minuto más en este mundo? ¿Realmente sabemos lo que hacemos o todo lo que creíamos cierto en nuestra vida ha sido una completa mentira?

En esta microobra, Gil lleva el papel de una persona que ha vivido buscando siempre el éxito a costa de lo que fuera necesario sin darse cuenta de que dejaba atrás a quienes la amaban, encontrándose, el día de su muerte, rodeada de una infinidad de cosas materiales que no abogarán por ella en su agonía. Es en esos momentos, en los que se da cuenta del devenir de su muerte inminente, que se encuentra con un ser que va en su búsqueda para llevársela sin darle oportunidad a enmendar sus errores. Patricio Villavicencio encarna a un ángel guardián que, lejos de ser un ser celestial estereotípico, acarrea un pasado humano tan accidentado como el de ella, el cual lo llevó a cumplir su penitencia en la tierra y llevar a las próximas almas al mismo purgatorio en el que le tocó vivir, a la espera de algún día poder llegar al cielo.

Veo oportuno recalcar el trabajo en equipo que ha permitido el desarrollo exitoso de la puesta en escena. Desde la entrada a la sala, con una propuesta semicircular y de luces tenues, el público puede sentir cómo queda sumergido en el ambiente y la cercanía a los actores lo hace sentir partícipe de la situación. Por otro lado, la dramaturgia da lugar a un mensaje totalmente claro y contundente que remueve los pensamientos y esquemas que por costumbre y miedo no queremos cuestionar. Añadido a ello, la propuesta de personaje de Villavicencio, sorprendentemente, retrata una dualidad entre la dureza de un ser que debe ejecutar su tarea para encontrar esa paz que aún escapa de sus manos y el sufrimiento de una especie de padre o protector que lamenta ver cómo la vida de esta mujer se ha perpetrado en engaños. Por último, resaltar el gran trabajo del director Johan Escalante, con una cantidad de aciertos que siguen dando vida al teatro de calidad que anhelamos seguir viendo todos los amantes de este hermoso arte.

Viviana Távara

4 de setiembre de 2023

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