¿Qué tanto nos ciegan nuestros conflictos internos no resueltos al tomar una decisión?
En el Teatro Auditorio Miraflores se presenta la obra Los 12 sin piedad, dirigida por Victor
Barco, que es una versión de la pieza original escrita por Reginald Rose; esta
es un drama judicial en la que doce miembros de un jurado se reúnen para dictar
sentencia en un caso de parricidio cometido por un muchacho.
El escenario, en principio, muestra una proyección donde se
explica a detalle la dinámica para el veredicto final, una en la que todo el
jurado, por unanimidad, deberá votar culpable o inocente, decidiendo así el
destino del presunto asesino. Luego, aparecen los doce en escena, se van
colocando seis a un lado, cinco al otro y uno en medio, que hará también las
veces de moderador para los votos.
Cuando todo parece indicar que está sellada la culpabilidad
por la unanimidad de votos, un solo miembro del jurado decide dudar y votar por
su inocencia; es allí donde todo empieza a quebrarse y cada miembro del jurado
tendrá profundas dudas a lo largo de la pieza, por las pruebas que se irán
presentando que hace que cada vez sea más frágil la elección por su
culpabilidad. La obra se sostiene por un texto bien adaptado y que atrapa, pues
interesa, sobre todo, cómo cada uno va transformando su opinión por lo que oye,
con lo cual se percibe también el lado humano.
La puesta en escena se sostiene principalmente de sus
actuaciones, ya que escenográficamente vemos dos mesas, una silla por cada
miembro y un perchero detrás; es entonces cuando siento que la obra podría
mejorar en ritmo y en definir mejor los momentos en los que cada miembro cambia
de opinión. Esto es importante, ya que existe un tema de escala de valores por
el cual cada sujeto se observa así mismo, interpelado por lo que oye, y tiene
una profunda transformación en cuanto a su voto y esta se pierde en varios
momentos. Por un lado, se encuentra la posición que cada uno llega a defender;
y por el otro, la motivación que lo motiva a cambiar de pensamiento. Esto hace
que, por ejemplo, algunos conflictos personales entre los miembros se sientan
un poco debilitados y sin fundamento.
Sin embargo, gran momento el final, cuando el último miembro
en reflexionar sobre su voto tiene que soltar lo que lo ata al pasado, para
decidir sin pasiones, cuando aún no ha sanado su herida emocional.
Manuel Trujillo
30 de abril de 2023
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