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miércoles, 29 de marzo de 2023

Crítica: EL FABULOSO VIAJE DE CHRISTIAN ANDERSEN


Un viaje impredecible

Después de muchos años en el oficio de la crítica teatral, puedo asegurar que reconozco qué elementos hacen que un montaje para público infantil y familiar funcione. En primer lugar, tiene que ser muy dinámico con el fin de que los pequeños espectadores no se aburran. En segundo lugar, es importantísimo saber que la cuarta pared siempre se rompe y la improvisación frente a la interrupción de los niños tiene que ser muy asertiva e imaginativa. Y finalmente, lo fundamental es nunca subestimar al público y asumir que no están preparados para lenguajes y narrativas con un poco de complejidad. Los niños, actualmente, tienen una gran capacidad para inferir situaciones y aburrirse ante lo predecible. La mejor referencia del teatro para la familia fue definitivamente el dramaturgo y director Ismael Contreras y su colectivo Palosanto Teatro.

Hans Christian Andersen (1805 – 1875), escritor y dramaturgo, destacó en contar historias para niños; las cuales, luego de investigar y leer, concluí que aborda el tema de la inocencia, el desarrollo emocional, el desamparo y la empatía. Él se inspiró en tradiciones populares y narraciones mitológicas extraídas de fuentes alemanas y griegas. No obstante, este montaje no es de Andersen; le pertenece al dramaturgo Julio Martí Zahonero, quien escribe esta pieza en una especie de homenaje. El montaje es una síntesis de varias obras de Andersen como El Patito Feo, La Sirenita, El Soldadito de Plomo, Pulgarcita, entre otras. La historia no era sencilla de entender, pues tenía muchos giros y muchos conflictos. Esto último, en el teatro infantil muchas veces puede que no funcione.

El aspecto más resaltante fue, sin duda, las actuaciones de Renato Piaggio y Gabriel Vargas, como el protagonista; estas fueron limpias y claras. Adicionalmente, los vestuarios y la escenografía fueron excelentes. También la utilería fue muy de acuerdo con la historia. El color es fundamental en una presentación para niños, pues los mantiene concentrados.

Por otro lado, creo que mi crítica iría dirigida más al dramaturgo que a los actores o a la productora. Personalmente, no me pareció una historia sencilla ni clara, pues precisamente en un intento por hacer un homenaje al autor, creaba una trama muy confusa para un niño. De hecho, hacia el final de la función, los pequeños ya se sentían un poco distraídos. La dramaturgia pudo ser mejor, pues recomiendo historia con conflictos simples, pero donde la lección moral sea muy potente y universal. Después de años mirando teatro para la familia e infancia, concluyo que esta es la clave del éxito.

Finalmente, El fabuloso viaje de Christian Andersen fue un montaje con muchos aspectos positivos, especialmente desde lo estético y visual. Felicitaciones a la productora.

Enrique Pacheco

29 de marzo de 2023i

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