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lunes, 27 de febrero de 2023

Crítica: YO SOY MI SUPERHÉROE


Moraleja sobre la virtualidad

Varias son las consecuencias sicológicas que venimos arrastrando desde el encierro provocado por pandemia y una de las poblaciones que estuvieron más vulnerables en este periodo, sin duda, fue la de los niños y jóvenes. Es por eso que el estreno en el Club de Teatro de Lima de Yo soy mi superhéroe resultó muy pertinente, más allá de sus logros escénicos. Y es que la sola imagen de cuatro adolescentes, que viven en el mismo condominio, intentando distraerse con algunos juegos “a la antigua” luego del aislamiento forzado, para terminar enviciándose con sus celulares, resulta tan incómoda como cierta. Una peliaguda problemática que es manejada con mucho tino e ingenio por el dramaturgo Sergio Gonzalez, bajo la producción de LA MAGNOLIA.

Acertada además la dirección de José Gómez Ferguson, quien en complicidad con el autor desarrolla todo un juego metateatral, el que recae en dos personajes “real-maravillosos” que hacen las veces de los actores que le dan la bienvenida al público, de los padres de uno de los adolescentes y de unos divertidos brujos que maquinarán un hechizo muy curioso: los celulares no encenderán al ser tocados por cualquier niño o joven en el mundo. Es justamente esta coartada fantástica la que provoca una fuerte reacción en los jóvenes, que será canalizada saludablemente a través del arte, específicamente, de la música. A destacar también la interactividad que se genera con el público en momentos muy puntuales que enriquecen la puesta.

Buen trabajo escénico de los jóvenes Dayana Gomez, Valentina Mauricio, Maria Fernanda Ugarte y Adriano Ormeño, quienes con mucha frescura y espontaneidad sacan adelante sus respectivos personajes, haciéndolos entrañables. Muy bien acompañados además por la pareja conformada por los carismáticos Fernanda Gutiérrez y Henry Michelot, quienes se divierten a sus anchas en sus múltiples papeles. Yo soy mi superhéroe, con la producción ejecutiva de Gina Quezada Zúñiga, es una sólida historia para toda la familia, que refuerza la idea de los peligros que trae consigo el abuso de la tecnología. Grandes y chicos aprendieron de esta simpática historia teatral, que bien merecería una pronta reposición.

Sergio Velarde

27 de febrero de 2023

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