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domingo, 5 de febrero de 2023

Crítica: YO NO QUERÍA JUGAR AL APOCALIPSIS


El final de los tiempos, en clave de comedia

El que las distancias generacionales sean cada vez más amplias e insalvables es una realidad evidente y preocupante. ¡Cuánta verdad existe en aquellos adultos que alegan no entender en lo absoluto el comportamiento de los jóvenes! Enormes temas como la política, la sexualidad, la vida social o la identidad, entre otros, ponen en jaque a toda una generación (¿frágil?, ¿incomprendida?) en medio de un estilo de vida acelerado y deshumanizado, en el que el consumismo y la virtualidad ocupan un lugar privilegiado. Reflexionar sobre esta compleja situación (acaso apocalíptica para cierto sector) en una puesta en escena resulta sobradamente pertinente y valioso, especialmente si esta es creada desde la comedia. Bien por los responsables del espectáculo Yo no quería jugar al apocalipsis y sus auspiciosos resultados.

Esta colorida creación colaborativa, con la dirección de Andrea Félix y la dramaturgia de Augusto Gutiérrez, es lo suficientemente arriesgada como para explorar de manera lúdica varias de las problemáticas, reales y virtuales, en estas épocas de redes sociales, crisis existenciales, exposición forzada y extrema superficialidad. Desde el inicio, con un maniquí rojo de espaldas y un cerro de ropa en el escenario, como si una suerte de dios supremo y sus ofrendas se trataran, la propuesta escénica se deja adivinar y por supuesto, disfrutar. Muy bien acompañada demás, por delirantes extractos de nuestra absurda y triste realidad nacional y mundial, desde la red de Tik Tok, en la que también se encuentran grabados los propios actores.

Comprometidas y sólidas actuaciones de los seis intérpretes, Guadalupe Ramos, Julio Carrillo, María José Bueno, Franco Ocaña, María Isabel Abad y Diego Arana-Reyes, quienes se divierten a sus anchas en las hilarantes secuencias independientes que representan nuestra ridícula idiosincrasia. A destacar la del elenco siguiendo la singular “moda” de las pelucas rojas. La mayor fortaleza del montaje radica en las notables imágenes que se consiguen, repletas de guiños y sutilezas, que se pierden a ratos con el exceso de gags de trazo grueso. Yo no quería jugar al apocalipsis, como parte del Festival Saliendo de la Caja 2023, es una delirante y certera crítica, en clave de comedia ácida, hacia todo lo mundano y grotesco que puede resultar la experiencia de vida de una juventud extraviada y vulnerable.

Sergio Velarde

5 de febrero de 2023  

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