Ganador del Premio Nobel de Literatura en 2005, el notable escritor
británico Harold Pinter ha dejado una abundante e influyente producción
dramática que sigue cautivando a nuevas generaciones. Una de sus obras menores,
El amante (The Lover, 1962), fue la elegida
para el debut como directora de la joven actriz Almendra De Los Ríos (a quien
vimos en el rol titular de Medea el
año pasado), quien con mucha creatividad realizó una propia versión. Con algunos
detalles por revisar y pulir, los resultados de esta nueva adaptación del texto
de Pinter no dejan de ser interesantes, gracias a un inspirado elenco y a una
propuesta que intenta salir de lo convencional.
Si bien otros montajes de la misma obra ya lo hicieron con
anterioridad, no deja de resultar singular el que los mismos protagonistas de
la puesta, Sarah (Daniela Trucíos) y Richard (Patricio Villavicencio), sean los
mismos anfitriones que inviten a ingresar al público espectador a una reunión “sorpresa”
de aniversario por sus primeros diez años de matrimonio, en la íntima sala de
espera de La Vaca Multicolor en Lince. Luego de compartir unos tragos, se nos
informa que debemos entrar al salón principal y es ahí en donde se rompen los
convencionalismos para los que acudimos con frecuencia a las salas teatrales:
primero, debemos encontrar pacientemente la silla que tiene nuestro nombre y
además, ubicar un mensaje escrito debajo de nuestro asiento. ¿Existe una
justificación válida para estas misiones? Pues sí, ya que al igual que el
espectador, Sarah y Richard también buscarán de manera poco convencional escapar
de la rutina diaria, para así salvar su matrimonio.
“Me voy a trabajar.
¿Viene hoy tu amante?”, pregunta Richard con absoluta normalidad. Ese es el
inicio para convertirnos, los espectadores, en una suerte de voyeurs de la muy curiosa manera de la
pareja para mantener viva la llama de su “amor”. Trucíos y Villavicencio hacen
creíble esta turbia relación, aprovechando las palabras, las miradas, los
gestos y los silencios que ofrece el texto; y también el par de sorpresas que
aparecen hacia el final. Corrigiendo algunos detalles, como aterrizar la
historia en un tiempo y espacio determinado (¿estamos en la Windsor de los
sesenta o en la Lima de los dos mil veintes?) y cuidar la estética del salón
principal de una pareja supuestamente acomodada, esta nueva adaptación de El amante, producida por el colectivo Insania, es un prometedor inicio como
directora de De Los Ríos, quien supo entender y replicar con acierto la crítica
hacia los convencionalismos sociales propia del autor.
Sergio Velarde
6 de febrero de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario