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viernes, 24 de febrero de 2023

Crítica: AMOR INMORTAL


Eterna lucha de ideologías

A estas alturas, ya es posible distinguir una pieza escrita por Jorge Pecho. Sus míticos y fantásticos personajes (la mayoría de ellos provenientes de la literatura griega y además, conviviendo con los mortales en nuestra era) nos acompañaron desde la virtualidad durante nuestro tiempo de encierro, como en Titanomaquia, el fin de los dioses (2021). Ya en la presencialidad, el dramaturgo y director apostó por una versión latinoamericana y así llegó la polémica pero muy disfrutable Memorias del Pacífico (2022). En ambas puestas citadas, sus dioses protagonistas mueven los hilos de nuestro destino y por si fuera poco, son los responsables directos de todos los acontecimientos históricos de la humanidad. Se trata, sin duda, de un concepto interesante y arriesgado, siempre ejecutado desde la solemnidad. Pues bien, siguiendo esta misma línea, viene presentándose en el Teatro Esencia el reestreno de Amor inmortal, obra que guarda un gran paralelismo con nuestra difícil situación como país.

Pecho nos hace partícipes del encuentro ficticio, en nuestro presente, de dos inmortales hechiceros de las épocas del rey Arturo. Tanto el conservador Merlín (Paco Varela) como la progresista Morgana (Leonela Alarcón) mantienen su rivalidad intacta debido a sus extremas ideologías opuestas, pero también guardan un pequeño espacio para el romance. Este complejo e ingenioso diálogo en tiempo real que sucede en la precaria habitación en donde se refugia el hastiado Merlín, tiene múltiples lecturas, pues no solo escuchamos los argumentos a favor de derechas e izquierdas, sino que comprobamos que estas diferencias pueden llegar a ser realmente insalvables. Es en medio de estas discusiones, tan recurrentes en estos momentos para los espectadores, que ambos personajes intentan sacar adelante una relación sentimental, acaso condenada desde el inicio.

Tanto el experimentado Varela como la joven Alarcón defienden sus personajes con mucho vigor y convicción, complementándose ambos muy bien en escena y consiguiendo los mejores momentos cuando recurren a la energía contenida en su ejecución escénica. La puesta, por otro lado, luce impecable en su diseño escenográfico y en el apartado técnico. Amor inmortal abarca una amplia gama de temáticas sin tropiezos, como las enormes discrepancias entre el capitalismo y el socialismo, la trágica pérdida de vidas humanas durante las revoluciones y hasta la violencia contra la mujer, tomando como referencia conocidos hechos literarios e históricos. Bien por Pecho, la productora Diana Cardozo y el colectivo Prisma, por este interesante y sentido conflicto ideológico con tintes románticos, que arroja una tenue luz de esperanza en su desenlace, una que necesitamos con urgencia para terminar así con las aparentemente irreconciliables diferencias entre compatriotas de una nación fracturada como la nuestra.

Sergio Velarde

24 de febrero de 2023

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