Luego de la brillante adaptación de El misántropo de Moliere en la Alianza Francesa, las expectativas
por apreciar lo nuevo de la compañía Éxodo Teatro, del director Jean Pierre
Gamarra y del actor Fernando Luque se encontraban bastante altas. El respeto hacia
la fuente original y el riesgo asumido para ensayar nuevas miradas a los
clásicos universales fueron las principales fortalezas del citado montaje. Pues
bien, los resultados obtenidos en producción, dirección e interpretación en la reciente
temporada de La vida es sueño, clásico
imperecedero de Pedro Calderón De la Barca en el Teatro Municipal de Lima,
lucen impecables; en ellos se percibe un trabajo creativo exigente, novedoso y muy
cuidado estéticamente.
Escrita en 1635, la notable pieza barroca aborda ideas
filosóficas acerca de la libertad, el miedo al destino, la civilización versus
la barbarie y la vida misma. El príncipe Segismundo (Luque) es encerrado en una
torre por su padre, el rey Basilio (Leonardo Torres Vilar), pues teme que este
lo derrote y humille, de acuerdo a una predicción realizada por un oráculo
consultado; el prisionero solo es visitado y atendido por Clotaldo (Roberto Ruiz).
Por otro lado, Rosaura (Maria Grazia Gamarra) y su escudero Clarín (Alonso Cano)
son los que descubren a Segismundo y los que dan inicio a su liberación, en la
que también están involucrados los sobrinos del rey, Astolfo y Estrella (Oscar
Yepez y Andrea Alvarado). Las actuaciones son excelentes, en general, con una
mención especial para Luque, quien viene madurando su talento histriónico en
proyectos exigentes como este.
A destacar los valores de producción, como la escenografía y
el vestuario a cargo de Lorenzo Albani, muy funcionales, contemporáneos y llamativos. Curiosa la elección de salvavidas rojos para Clarín, el contrapunto cómico. Se incluye además, en escena, un jeep en el aire con la primera aparición de Rosaura. La
imagen de Segismundo, con la corona en la cabeza, el arnés aún puesto tras elevarse
con sus propias alas en el segundo monólogo y una radio portátil en la mano, es
poderosa y sugerente. Acaso el único reparo que se le puede hacer al
espectáculo sea el de permitir ingresar al público ya iniciada la obra, pues
realmente genera una molesta distracción. La
vida es sueño, excepcional trabajo de Éxodo Teatro en colaboración con la
Municipalidad Metropolitana de Lima, es una sobresaliente adaptación de un
clásico más que vigente, ejecutado desde el conocimiento y la sana reverencia hacia
el material original.
Sergio Velarde
16 de octubre de 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario