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martes, 9 de agosto de 2022

Crítica: LA MARATÓN DE NUEVA YORK


Las carreras de la vida

Roberto Ángeles es uno de los referentes obligados del teatro peruano, no solo como director, sino como formador de varias generaciones de actores, quienes vienen demostrando a lo largo de los años sus habilidades histriónicas en cine, teatro y televisión. Las muestras de sus alumnos en los diferentes niveles de instrucción, ahora presentadas en el Centro Cultural Campo, son prueba fehaciente de ello. Oficio Crítico asistió a la Muestra Final del Segundo Nivel de la Promoción XXXII, en la que se mostró la pieza La maratón de Nueva York de autoría del dramaturgo italiano Edoardo Erba. Si bien se trató de una única función con entrada libre, los resultados obtenidos bien merecerían una temporada formal, ajustando ciertos detalles para el disfrute total del espectáculo.

Mario (Edward Vega) y Steve (Jean Pierre Felippe), dos jóvenes atletas, se reúnen para entrenar juntos y así alcanzar su mayor objetivo: correr en la maratón de Nueva York. En medio de este entrenamiento, ambos van revelando detalles desconocidos de sus propias vidas, los cuales provocarán fricciones y una incómoda tensión dramática, que deberán solucionar mientras corren. La puesta en escena es por completo minimalista y además, resuelta de manera circular. Vega y Felippe aprovechan el reducido espacio disponible, a través de una precisa rutina corporal que hace creíble la convención con el público de encontrarse estos personajes corriendo largas distancias. Buen trabajo de la dupla de actores, quienes defienden con organicidad sus personajes.

Algunos detalles a tomar en cuenta: acaso el hecho de adaptar la acción a nuestro contexto peruano pueda revisarse, ya que varias referencias de personajes históricos dichas en escena lucen forzadas. También deben ajustarse y definirse las voces que aparecen ocasionalmente durante el montaje. Muy aparte de evitar adelantar, durante la presentación de la obra, el metafórico final de la pieza. La maratón de Nueva York no solo confirma el buen nivel de aprendizaje de los pupilos de Ángeles, sino que la presentación de esta muestra bien valdría la pena de convertirse en proyecto profesional, pues es un espectáculo sencillo y efectivo.

Sergio Velarde

9 de agosto de 2022

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