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jueves, 28 de julio de 2022

Crítica: HERMANAS


Desencuentros fraternales

Clausura del amor (2016) del dramaturgo francés Pascal Rambert fue uno de aquellos montajes teatrales de cuestionables resultados escénicos, pero que no pasan para nada desapercibidos. Se podrá argumentar sobre ciertas irregularidades en su puesta en escena, compuesta por dos monólogos; no obstante, nadie discutía la sobresaliente calidad de sus intérpretes, quienes asumieron los roles de una pareja en sus últimos momentos de relación. En esta oportunidad, el premiado Rambert asume la dirección de su propio texto, titulado simplemente Hermanas, consiguiendo un espectáculo evidentemente superior a la citada puesta anterior y estrenado en nuestro país con singular éxito, gracias al ICPNA en coproducción con el colectivo Laberinto XXI.

Dentro del Auditorio del Icpna de Miraflores, y así como ocurrió en Clausura del amor, el público es testigo del enfrentamiento sin cuartel entre dos personas unidas por poderosos lazos afectivos. En esta oportunidad, son dos hermanas, dos seres que pueden llegar a ser las amigas más cercanas o las más grandes enemigas. Su madre ha muerto y una de ellas no le avisó oportunamente a la otra. Las heridas sin cerrar, los recuerdos engañosos, el dolor y el miedo se hacen presentes en este altercado, que no da tregua al espectador. Lucía Caravedo y Denise Arregui lo dan el todo por el todo: la primera, como la intensa activista de derechos humanos; y la otra, como la conflictiva periodista. Ambas notables en sus respectivos papeles, cada una con una enorme cantidad de líneas que aprovechan en su totalidad.

La puesta en escena de Rambert llama la atención: el piso blanco colocado expresamente para la obra pareciera querer alejarse de la “teatralidad” de la caja negra y optar por un espectáculo más “realista”; no obstante, las botellas de agua colocadas estratégicamente para las actrices en el espacio lo estropean. Por otro lado, el detalle, ciertamente intrascendente, de llamarse las hermanas como las mismas actrices que las interpretan solo pareciera ser efectivo para ellas, en su afán de conseguir naturalidad. De ser así, la decisión está plenamente justificada, pues difícilmente Caravedo y Arregui podrán superar el nivel de intensidad y verdad conseguidos. Rambert ha creado con Hermanas un vehículo de lucimiento perfecto para dos actrices versátiles y comprometidas, dentro de una historia desgarradora, conmovedora y profundamente humana.

Sergio Velarde

28 de julio de 2022

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