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martes, 5 de julio de 2022

Crítica: EL COLLAR


Ataduras invisibles

LA IRA Producciones está presentando por una breve temporada El Collar, con la dramaturgia de Airam Galliani –quien forma parte del elenco- y bajo la sensible dirección de Carla Valdivia.

Así, el íntimo escenario de la Sala Auditorio del Teatro Británico nos presenta un llamativo diseño en tonos cálidos, que refleja el interior de una casa en la cual dos mujeres exteriorizan lo más profundo de sus pensamientos y emociones, en torno a una relación/convivencia de la que no pueden escapar. Completa la dupla Fiorella Luna, quien junto a Galliani se envuelven en una armoniosa y sentida interpretación, acompañada de los movimientos físicos muy cuidados que ejecutan las actrices, invitándonos como espectadores a entrar en la mente y corazón de una mujer, o de dos mujeres que se ven reflejadas una en la otra en las mañanas soleadas que tanto añoran al despertar.

El impecable trabajo de dirección de Valdivia se refleja en la congruencia entre el montaje y la lírica de la narrativa, que nos confronta con el collar como símbolo de esas ataduras invisibles, de las que muchas veces es difícil desprenderse. Un viaje hacia el interior representado también en los elementos más sencillos de la utilería, que son aprovechados para darle sentido a cada frase y silencio de la pieza teatral que muestra un estilo mayormente surrealista, lo cual se amalgama perfectamente con el certero texto de Galliani.

El Collar es una íntima puesta en escena que nos permite ver parte del universo interior femenino, relatado desde la honestidad, permitiéndonos cuestionar temas como el rol de las mujeres; la sensibilidad y fortaleza, dos fuerzas que se oponen pero que también pueden encontrarse; y la dependencia emocional, contraria a la libertad y autonomía que tanto nos cuesta conquistar como seres humanos.

Maria Cristina Mory Cárdenas

5 de julio de 2022

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