Páginas

miércoles, 23 de marzo de 2022

Crítica: SOLA CONMIGO


Fragmentos de un encuentro

La explosión de las propuestas escénicas presenciales, debido al progresivo retorno a la “normalidad”, no ha impedido que algunos proyectos sigan ofertándose en la virtualidad, tal es el caso de Sola Conmigo, obra en formato breve, escrita y dirigida por Paulo César Polo Chávez.

Transmitida en vivo por medio de la plataforma Zoom, la pieza interpretada por Roxana Alviar Luperdi (Sol) y Adalhiza Herrera (Teo) sumerge al espectador en el encuentro de dos mujeres, quienes más que amigas, parecen estar unidas por una sensual complicidad que se crea a través del juego de planos con la cámara, la carga sensorial y el cuerpo de los personajes, siendo el rostro y el gesto, motores clave para la revelación de una atmósfera de confesiones acerca del amor, la soledad, el miedo, entre otros cuestionamientos del ser humano. En este caso, las revelaciones vienen de dos mujeres, dos fuerzas opuestas: una más dependiente y sensible, la otra más libre y práctica; sin embargo, ambas se confrontan con sus propios temores y reproches.

Cabe mencionar el acertado acompañamiento musical acorde con la lírica de la narrativa, visualizando un escenario cotidiano y minimalista, con ambas actrices vestidas de negro, lo cual también revela que la importancia del espectáculo recae en la interpretación del texto, correctamente ejecutado por Alviar y Herrera, quienes logran conectar a través de la pantalla y hacer al público cómplice de su historia.      

Sola Conmigo es una obra corta pero intensa, que muestra los conflictos e interminables cuestionamientos humanos acerca del amor, los vínculos y la soledad, desde la perspectiva de dos mujeres que para encontrarse a sí mismas, quizá deban enfrentarse primero a sus más grandes temores. Por otro lado, como bien mencionó el autor y director en el conversatorio que tuvo lugar después de la trasmisión, una temporada presencial sería una buena alternativa para explorar y explotar esta pieza teatral.

Maria Cristina Mory Cárdenas

23 de marzo de 2022

No hay comentarios:

Publicar un comentario