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jueves, 27 de enero de 2022

Crítica: MAÑANA ME CASO


¿Qué significado le damos a lo que debería de pasar o aquello que los demás esperan de nosotros…?

Dos baños (para damas a la derecha y para caballeros a la izquierda, mirando desde el público) en una discoteca inglesa de fines de los 70's es lo que vemos en el escenario de la pieza teatral Mañana me caso de Willy Russell, dramaturgo, letrista y compositor inglés. Una pareja joven de ¿felices? novios están a un día de casarse y han decidido ir con sus respectivos amigos a celebrar su despedida de solteros, sin saber que todos irán al mismo lugar. Una cosa es clara: “Los novios NO deben verse un día antes del matrimonio, sino tal evento no ocurrirá”. Una superstición infalible.

Es curioso que al iniciar la obra, Linda (la novia) esté largo tiempo en el baño y que al iniciar el turno de los chicos, metan en el baño a un inconsciente Dave (el novio), producto del exceso de alcohol; acaso una representación inconsciente de no sentirse bien con el compromiso y aislarse cada uno a su manera, escapando así de una realidad inminente.

Nadie parece ver nada muy fuera de lo que debería de pasar, excepto la prometida fastidiada, incómoda, quizá hasta resignada, pero que justo esa noche vuelve a verse con quien fuera su pareja de hace algunos años y que había elegido viajar para cumplir su sueño de ser cantante. Descubrimos que él le había propuesto irse juntos, pero ella no aceptó, la edad quizá, los miedos, el salir de lo conocido…

El tema es que se lo vuelve a pedir, y es este justo el detonante de la decisión de Linda, entre la vida que eligen los demás para nosotros, la que creen que deberíamos hacer o llevar, que muchas veces por encajar no cuestionamos y por el gran miedo a equivocarnos, siendo ya la vida un gran ensayo error que no es un camino recto. Esto siento que está muy bien propuesto en la obra y que le da una actualidad muy interesante: la de pensar cuántas de nuestras decisiones en verdad son más por la presión social que por nosotros mismos (lo que los demás esperan de nosotros).

Otro punto importante es el personaje de Eddy, el que cuida al grupo, que hace un poco de hermano mayor y está muy pendiente de lo que debería pasar; en algún momento menciona que “mañana perderán a Dave”, pero aun así vela por su amigo, al punto que cuando ocurre lo inesperado, Eddy entra hasta el baño de mujeres poniendo muy claro que los planes se realizarán a pesar de todo. La historia avanza sin tropiezos, hasta un final que deja en claro lo verídico de las supersticiones y además, haciéndonos reflexionar acerca de la libertad con la que tomamos nuestras decisiones.

Manuel Trujillo

27 de enero de 2022

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