Clásico del feminismo revisitado
Luego de la interesante experiencia que fue
la lectura dramatizada de Panorama desde el puente de Arthur Miller, el colectivo Los Intérpretes sigue rescatando
clásicos de la dramaturgia universal. Esta vez fue el turno de Casa de Muñecas, pieza capital y siempre
vigente, escrita por Henrik Ibsen, considerada como la primera obra feminista
contemporánea, así no esté de acuerdo su autor. El evento además fue gestionado
por Legis Art, movimiento de estudiantes, ex alumnos y profesores de la
facultad de Derecho de la Universidad Continental, interesados en desarrollar
las habilidades blandas mediante la ayuda del arte y demostrar la relación del
Derecho con el arte. Los resultados fueron auspiciosos, gracias especialmente al
respeto mostrado hacia el texto, a pesar de haber sido adaptado para la
virtualidad y además, para nuestro contexto limeño.
Nora (Gabriela Novoa), la heroína de Ibsen,
vive ahora en Lima de los años 40 y se encuentra felizmente casada con su
esposo (David Huamán). Las apariciones de una de sus amigas del pasado (Alexandra
Garcés) y de un empleado de su marido (Gustavo Iparraguirre) le provocarán una
inminente crisis, que terminará con el descubrimiento de todas las apariencias
que rodeaban su propia vida y de la fortaleza necesaria para tomar una difícil
decisión que la cambiará para siempre. Reducidos los personajes a los mínimos
indispensables, la acción es clara y muy bien aprovechada por el elenco,
destacando el sobrio trabajo de Novoa.
La directora Mónica Talavera, de quien ya
habíamos disfrutado la comedia de su autoría El fantasma de mi ex, cambia sin problemas su registro y consigue
un sólido espectáculo, respetuoso con la fuente original y con un ingenioso
agregado estético en la ventana virtual de Nora, hacia el final, cuando esta
toma su decisión más importante. Casa de
Muñecas, a pesar de los años, sigue siendo una obra fundamental de la
dramaturgia universal, especialmente en estas épocas cruciales para la
reivindicación y empoderamiento de la mujer en nuestra sociedad.
Sergio
Velarde
16 de octubre de 2021
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