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lunes, 5 de julio de 2021

Crítica: DIFERENTE


Ser diferente no está mal

La lucha por la inclusión y el respeto de todos los seres humanos, sin importar cómo interpreten el amor, es y seguirá siendo una prioridad para todos los que amamos la vida. Es por ello que Kapchiy Asociación Cultural se hizo presente, a la par que varios colectivos escénicos, en las celebraciones por el mes del orgullo LGBTIQ+, con el díptico virtual Diferente, conformado por dos monólogos dirigidos por Renato Piaggio y que abordaron por separado, las trágicas historias de dos jóvenes incapaces de adaptarse a la “normalidad” impuesta por la sociedad. Justamente, el espectáculo dio inicio con imágenes, noticias y testimonios reales de personas pertenecientes a la mencionada comunidad que han sido víctimas del abuso y la prepotencia.

La primera historia que se presentó fue Censura, una creación colectiva con la actuación de una convincente Rosa Victoria Chauca, en la que una profesora de nido decide realizar una videollamada con sus amigos, para así contarles de una difícil decisión asumida. Ejecutada en tono coloquial, Chauca lució inspirada y desgarradora en los momentos precisos. En contraparte, en El salto de Jorge Alberto G. Fernández abundaron los simbolismos en la pantalla, con un sólido Jose Miguel Argüelles interpretando a un joven que coquetea con la idea del suicidio, debido al rechazo que recibe de parte de su familia por su opción sexual. Armado de máscaras, títeres, vestuario y utilería, Argüelles nos cuenta de manera solvente su historia desde su habitación, la que ha convertido en un escenario, prestando además, su voz y su cuerpo a sus victimarios.

Diferente nos lleva a una oportuna reflexión sobre el dolor y la miseria que pueden infringir algunas personas sobre otras, solo por ser distintas estas a las convenciones sociales “normales”. Y lo terrible es comprobar que, muchas veces, estas agresiones son normalizadas y hasta justificables. Excelente iniciativa la de Kapchiy, por aportar con su proyecto la cuota de educación y sensibilización en los espectadores, para entender que todos los seres humanos, sin excepción, tenemos derecho a la felicidad, sin importar la identidad que llevemos por dentro. Y por supuesto que ser diferente no está mal.

Sergio Velarde

5 de julio de 2021

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