Un nuevo microteatro
La virtualidad ha permitido que conozcamos
nuevos dramaturgos. Histerias de amor se inspiró en Cuadros
de humor y amor al fresco de José Luis Alonso de Santos. Revisando la
edición de la editorial Cátedra, me percaté que esta última es una larga serie
de microobras y que la productora escogió tres para esta oportunidad. El montaje inició con un jingle
musical muy pegajoso y divertido, lo cual dejaba entrever que se trataría de
una comedia. La canción me llevaba a
imaginar la película clásica Tiempos modernos
(1936) de Charles Chaplin.
La primera escena aborda los problemas de
la convivencia. Edith Rodríguez y
Thalía Castillón interpretan a dos roomates,
es decir, que conviven en un mismo departamento y tienen que lidiar con una
serie de conflictos sobre el espacio, los horarios y sus personalidades tan
diferentes. Me gustó mucho el cuestionamiento a los
valores hacia el final de la breve escena. La escenografía fue muy convencional,
así como la luz.
La segunda fue la más
divertida, en donde destacó Iván Avilés, interpretando a un paciente
hipocondriaco y enamoradizo. En esta oportunidad, el formato de Zoom ayudó
mucho, pues se podía uno percatar de las reacciones ante las emociones. Por
otro lado, la interpretación de Rodríguez, como la doctora, fue interesante
desde un punto de vista escénico, debido a que su personaje tenía una
personalidad tan diferente a la de la primera escena. Cuando
un actor llega a lograr eso, así esté en proceso de formación, es único. Me sorprendió mucho que mencionaran al cine Tacna
en el Centro de Lima, pues ya no existe formalmente, mucho antes de la
cuarentena.
Finalmente, el último cuadro
fue algo estrambótico, en el sentido en que era más hilarante que coherente. Un
sacerdote (Avilés) es confesado por su superior en su congregación (Joan
Segura). Me desagradó mucho el acento madrileño de uno de los personajes, pues
era muy forzado y más parecía las terribles traducciones andaluzas que se ven
en las películas de Hollywood. Por otro lado, me gustó el doble sentido de los
diálogos De tanto en tanto, parecía que estuviésemos apreciando una adaptación
teatral de una escena con Woody Allen.
En suma, felicito el esfuerzo de la
productora La Posta. El trabajo del
director Santiago Giraldo ya lo había visto antes en Entrevista para ser un fantasma, un montaje muy conmovedor. Los actores
tienen mucho potencial dentro del género de la comedia y el microteatro.
Enrique Pacheco
2 de abril de 2021
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