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lunes, 10 de agosto de 2020

Crítica: ¿POR QUÉ COJEA CANDY?

Lesiones perennes

La agrupación BUTACA Arte & Comunicación presentó las últimas funciones de ¿Por qué cojea Candy?, escrita por Alfredo Bushby y bajo la dirección Martín Velásquez Marvelat, la misma que forma parte del ciclo de Lecturas interpretadas en vivo de obras teatrales peruanas. Así continúa la labor de los artistas escénicos que se han visto en la necesidad de migrar al mundo virtual, que de ninguna manera pretende reemplazar a la experiencia teatral tal y como la conocemos; lo cual fue resaltado por los miembros de este proyecto.

Mediante la plataforma Zoom, fuimos testigos del desahogo de una niña/mujer que busca respuestas a sus carencias afectivas y el temprano abandono de su padre, por lo que decide viajar a Tingo María para encontrarlo; siendo allí donde empezaría una vida muy distinta a la que tenía en la capital, descubriendo el mundo de la prostitución y el narcotráfico, lo cual marcaría su cuerpo y su alma por siempre. Candy (Keyla Ramírez) es una adolescente que de forma simultánea refleja su etapa adulta en la “Mujer de blanco” (Nidia Bermejo), produciéndose una interesante alternancia generacional entre los personajes, que nos demuestra que ambas son una sola.    

La sencillez en la parte visual permite que el espectador se concentre en lo que nos cuentan estas dos mujeres vestidas de blanco, que manejan su vestuario y maquillaje para cambiar sus estados y emociones, complementándose con la música y algunos elementos extra utilizados en momentos específicos. Además, las contundentes interpretaciones de las actrices, cuyos personajes se han construido con marcados detalles, que van desde la gestualidad, el tema físico (incluso viendo solo un plano medio) y la propia psicología de esta mujer, mostrándonos su mundo interno y su percepción de la vida. Cabe resaltar el hecho de que esta propuesta ha superado el término “lectura” en su sentido estricto, ya que la destreza actoral bastante conocida de Bermejo se amalgama naturalmente con la potente energía de Ramírez, logrando una sinergia que caló en el público.     

Ambientada en los últimos años de la década de los ochenta, ¿Por qué cojea Candy? es una obra necesaria y en esta oportunidad, muy bien conducida, que utiliza como pretexto un padecimiento físico para retratar los problemas sociales que lamentablemente siguen vigentes, como lo son el abuso hacia la mujer, el abuso de poder y la injusticia, que su vez han desencadenado otros conflictos ya normalizados en algunos lugares de nuestro país, donde la ley que prima es la de sobresalir a costa de la propia vida. […] “Raspa que raspa” […], como repite tantas veces el personaje para evidenciar, tal vez, las lesiones permanentes de nuestra sociedad que no tienen cuando acabar.

Maria Cristina Mory Cárdenas

10 de agosto de 2020

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