“Un actor de teatro debe tener siempre una actitud de juego”
Panda Teatro – Improvisación estrenó una de las piezas para
niños más interesantes del año pasado: S.O.S. Exploradores al rescate (2019) fue
una divertida creación colectiva en la que se ponía un énfasis especial a los
juegos al aire libre frente al avance tecnológico, en medio de la relación
contemporánea entre padres e hijos. Su protagonista, Renato Pantigozo, actor e
improvisador de larga trayectoria fue
recompensado con el premio del jurado al mejor actor en su rubro, dentro del
evento de Oficio Crítico. “Yo vengo de Arequipa y la familia Pantigozo es
reconocida en el mundo de la pintura, son artistas plásticos,” revela Renato. “Y
es ahí donde está ese gen artístico, pero yo de chiquito siempre quise ser
director de cine.” Nunca tuvo profesor ni taller de teatro en el colegio, pero sí participaba
en los Juegos Florales, en donde destacaba en Oratoria. “Te hablo de los
ochentas, de los noventas, de cuando no había escuelas de teatro; ingreso a la
universidad y ahí había un taller de teatro, que era lo que más se aproximaba a
lo que quería hacer; una vez faltó un compañero a una función, entonces me
subieron al escenario y nunca más volví a bajar.”
Inicios arequipeños
“Conozco las Artes Escénicas en la universidad San Agustín
de Arequipa, estudiando Contabilidad,” comenta Renato. “Mi primer profesor fue
Arcadio Ramos, quien falleció hace un par de años; él dictaba un taller de
teatro en la Escuela de Artes Carlos Baca Flor, abierto a la comunidad y es ahí
donde veo la publicidad y me inscribo.” Para hacer teatro antes en Arequipa,
según cuenta Renato, se tenía que ser como parte de una logia, era muy cerrado
y había muy poca actividad teatral. “Con el profesor Arcadio estuvimos dos años haciendo montajes amateurs, con comedias, sátiras y
melodramas que adaptábamos, de autores como Julio Ramón Ribeyro y Sebastián
Salazar Bondy.” Renato valora mucho el trabajo del profesor Arcadio, quien
también escribía sus propias obras y tenía una buena mano para la formación
técnica, en cuanto a lo vocal, como la proyección, la dicción y la respiración,
así como también la parte física. “Sobre todo, su pasión hacia lo que hacía; él
trabajaba en Electrolux, iba de puerta en puerta, vendiendo aspiradoras y además,
era técnico de línea blanca, como refrigeradoras y congeladoras; compartía su
trabajo junto con su pasión por el teatro.”
Posteriormente, Renato conoce a unos amigos y comienza a hacer
teatro de títeres en la Universidad de San Agustín. “Estaban grandes maestros
como Álvarez Oquendo, que ya no está con nosotros, y Pepe Borja, el encargado
del taller, que también trabajó muchos años en Kusi Kusi; formó el elenco y
tenía una obra preciosa, La Guerra de las Estrellas y los Erizos de Mar, no
recuerdo el autor y con esa obra nos fuimos a Argentina y Chile, teníamos
invitaciones hasta de Rusia y Pakistán, pero no teníamos para los pasajes.” Con
la jubilación de Pepe Borja en el 2002, Renato y su grupo de amigos del taller
deciden formar su propio grupo de teatro y lo bautizan como Panda. “Nos
lanzamos a realizar actividades en Arequipa, nos abrieron las puertas los encargados
del Centro Cultural Peruano Norteamericano y nos alquilaron su sala para
presentar nuestras obras; empezamos a hacer fiestas infantiles, teatro para
niños y obras para adultos; hicimos la comedia Cuando me afeito y logramos
crear un fenómeno, porque llenamos el Cultural con un aforo de 300 personas.”
Las temporadas exitosas en Arequipa equivalen a solo dos fines de semana,
porque ya no había, literalmente, nadie más. “Quien asumió la dirección de
Panda Teatro fue Vivi Neves, quien era la que tenía mejor criterio; y yo asumo
el papel de producción, un poco para ocuparme de los auspicios y la gestión.” Renato
entonces se dedicaba a actuar, producir, y a la vez, estudiar; mientras que el
colectivo lograba convertirse en un pequeño fenómeno. “Se creó una bola gigante,
nos empezaron a pedir más funciones, pero notamos que teníamos un techo, porque
necesitábamos aprender y en el 2005, no había talleres formales de actuación;
así que tomamos la decisión de viajar a Lima y estudiar allá.”
Impro en Lima
Renato fue el primero en llegar a Lima, junto a la actriz y
directora Neves y al artista plástico Nilton Melgar, encargado de la parte
escenográfica. “Vinimos los tres a aprender, estuvimos con Bruno Odar, David
Carrillo, Vivi estudió con Alberto Isola, y conocimos la impro con Sergio París;
lo que aprendíamos lo llevábamos a nuestro elenco en Arequipa, estuvimos en
viajes constantes cada cuatro meses,” recuerda. Acerca de París, Renato opina
que “es muy bueno en lo que hace, la tiene clara, con todos los años ha logrado
perfeccionar su metodología y yo siempre estuve muy contento con él; de ahí ya
comenzamos a formar parte de su elenco, nos presentábamos en los Miércoles de
Impro en el Satchmo de aquel entonces.” La improvisación, qué duda cabe, es una
herramienta importantísima para el actor. “Te activa, incrementa ciertos puntos
interesantes como la escucha activa; el improvisador siempre está muy atento,
presente, no solamente escuchar con el oído, sino con todo el cuerpo y al tener
toda esa conciencia, entonces te hace estar presente, aquí y ahora.” Renato
reconoce haber sido un actor de método antiguo (“por así decirlo”), pero desde
que conoce la impro y está en el escenario, empieza a percatarse de sucesos y
detalles muy importantes que están pasando en escena, y a darles valor. “Eso
hace que pueda recrear, construir y potenciar mi acting, se trabaja mucho en
equipo; aparece esa conexión, esa comunión que tiene que haber entre los
improvisadores, a través de mirarnos y de dar valor absolutamente a todo lo que
está pasando.”
Sobre la actual situación de la impro en Lima, Renato tiene
una opinión particular. “Considero que la que la onda de la impro ha tenido un
pico, pero siento que ahora ya está en un poco de caída, no la siento tan
fuerte como antes, desde mi punto de vista.” Acaso sea el tema de publicidad o económico,
pero considera que se ha perdido mucho público desde hace varios años. “Antes
teníamos El Patakultural y los match de improvisación que albergaban mucha
gente, se llenaban los teatros, teníamos público siempre, en el Satchmo o en La
noche de Barranco y todos llenos; ahora yo voy a ver un espectáculo de
improvisación y el público ha mermado, ha disminuido un poco.” Sin embargo,
Renato reconoce que los improvisadores sí han optado ahora por investigar y ampliar
sus espectáculos. “Pero en generar público, siento que hemos perdido terreno.”
Teatro y proyectos
En el 2017, Renato viaja a Europa y estudia Actuación en el
estudio Cinema Room Madrid – España, bajo la mirada del director hollywoodense Christopher
Geitz; además de realizar un workshop de estructuras dramáticas en la
improvisación en International Theater, Stockholm - Suecia, a cargo de la
directora Tamara Massdam. “Fui invitado a improvisar con compañías de países
como Alemania, Francia, México, Argentina y España, logrando presentarme en el Pequeño
Teatro Gran Vía de Madrid con el espectáculo Corta el cable rojo, el mismo que
lleva siete años de temporada; pienso seguir viajando e investigando por un
buen tiempo.”
“Un buen actor de teatro, primero, debe tener siempre una
actitud de juego,” asegura Renato. “Juego es actuar, es accionar, tiene que
haber ese espíritu de juego.” En segundo lugar, agrega la necesidad de estar en
el escenario para comunicar algo a través del personaje que le toca interpretar,
y no por el aplauso o la alabanza. “La historia que voy a contar me tiene que
gustar, me tiene que apasionar, esa pasión debe estar presente en el escenario,
pero para poder comunicar.” Finalmente, Renato menciona la disciplina como una
cualidad importantísima para el actor. “Muchos actores solo leen el texto una,
dos o tres veces, se lo aprenden y ya, chao, pero siempre hay que volver a leer
el texto y descubrir algo más.”
Para Renato, la disciplina debe estar presente desde la formación
actoral. “A veces, me pasaba que los profesores nos dejaban ejercicios y trabajos
para mostrar frente a tus compañeros y se notaba que había muy poca preparación,
que habían hecho lo mínimo y que no había compromiso ni disciplina,” refiere.
“Para hacer tu ejercicio, debes realizarlo como si fueras profesional, como si
fuera la función; y si estás en ensayos para un montaje, con mucha mayor razón.”
Además, opina que la disciplina es de utilidad en las épocas de vacas flacas,
que son las de mayor cantidad. “El ser disciplinado te va ayudar a que estés en
constante entrenamiento y en constante exposición; el hecho de ser constante va
a hacer que vean tu trabajo y lo valoren y después, te llamen.”
“S. O. S. Exploradores al rescate fue una creación colectiva,
porque teníamos la necesidad de hacer un teatro para niños un poco diferente y
con algo que transmitir, no solamente a los niños, sino a los papás,” asegura
Renato. “Primero, necesitamos salvar el planeta, entonces hay que hacer algo, tenemos
un compromiso de acción; y segundo, hay una pelea entre la tecnología y lo
antiguo, hay una brecha.” Por ejemplo, si es correcto o no darle una tablet a
un niño y por cuánto tiempo. “Se generó una discusión, una pelea para luego llegar
a una armonía, una comunión y dar entender así que la tecnología es importante,
solo si la sabemos utilizar correctamente; la forma de trabajo consistió en
que primero improvisábamos, luego escribíamos el texto y al final, salió la obra.”
Los proyectos de Renato y su colectivo teatral estarán retomando con fuerza en
Arequipa este 2020, con talleres y espectáculos. “Yo estudié Contabilidad, trabajé
en un banco, ganaba dinero, era burócrata en Arequipa, pero sufría, no me
gustaba; así que un buen día, dejé de trabajar y me dije: ¡Me voy a dedicar a
esto!, y acá me tienes,” concluye.
Sergio Velarde
22 de marzo de 2020
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