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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Crítica # 502: LA LOCA DEL FRENTE


Abajo los prejuicios

Ante semejante título y fotos promocionales, podríamos caer en el prejuicio que la puesta en escena de La loca del frente, obra musical de la Asociación Playbill, resultaría una comedia facilista y superficial que acaso basara su fortaleza en los enredos ocasionados por su actor protagónico y sus disfuerzos con peluca. Nada más alejado de la realidad. Esta nueva propuesta del dramaturgo y director Daniel Fernández (autor de la notable El arcoíris en las manos) y de Sebastián Abad, responsable de la letra y música de la mencionada pieza, actualmente en temporada en el Teatro de la Amistad Peruano China en Jesús María, es una enérgica y compacta propuesta artística, que esconde un pertinente trasfondo político y social, ambientada en un contexto latinoamericano, basada en la novela Tengo miedo, torero del escritor chileno Pedro Lemebel.

El mayor mérito del montaje de La loca del frente es que consigue el difícil equilibrio entre dos tramas tan disímiles entre sí. Por un lado, un joven estudiante universitario (el mismo Abad) forma parte de un grupo revolucionario que quiere derrocar al dictador que se encuentra en el poder y convoca reuniones en una habitación alquilada; mientras que la propietaria de aquella habitación, una “loca” cuarentona, empieza a sentir algo más que una simple amistad con su inquilino. El inteligente texto y la hábil dirección consiguen engranar ambas líneas argumentales de manera eficiente y lograr fluidez en un espectáculo de casi dos horas de duración. A destacar la impecable producción de Pedro Iturria, responsable de montajes de calidad como Zapping, 3 musicales en 1 (2016) o La película (2019).

La historia que plantea Fernández, con solo dos personajes sosteniendo todo el espectáculo, debía tener a dos intérpretes a la altura de las circunstancias. En ese sentido, Abad convence como el atribulado y acomplejado revolucionario, demostrando un gran dominio vocal; y Jonathan Oliveros se luce en el papel de la “Loca”, con gran carisma y entusiasmo impone su presencia, divirtiendo y conmoviendo en los momentos precisos. En el apartado musical, es de agradecer la inclusión de instrumentos y ritmos musicales peruanos en las canciones. La loca del frente sale justamente al frente ante cualquier prejuicio: se trata de una sólida historia que abarca temas mucho más profundos que los que podría aparentar su material promocional. De visión obligatoria.

Sergio Velarde
27 de noviembre de 2019

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