El teatro perteneciente al periodo griego clásico es un
mundo estimulante, cuyas obras y temáticas siguen dando pie a creaciones
escénicas en la actualidad. Si bien hay obras enigmáticas de dicho contexto,
valdría la pena explorar en piezas teatrales no tan conocidas, como lo pueden
ser Las troyanas o La asamblea de mujeres, donde se aborda
el papel de las mujeres en la sociedad.
Mateo Chiarella trabajó la obra Griegas, con motivo del egreso de la quinta promoción del centro de
formación teatral Aranwa. Esta puesta en escena abordó las dos obras
mencionadas anteriormente. Las Troyanas,
drama escrito por Eurípides en el siglo IV a.C., es una obra situada en el
último día de la destrucción de Troya. Se centra en el ensañamiento de los
griegos contra la familia real de Troya, especialmente contra las mujeres, que
fueron secuestradas. El elegir esta como la primera obra del montaje fue una
elección certera dado que el contenido, al ser un drama, necesita más energía
del público para poder ser realmente apreciada. Sin embargo, los actores
desbordaban energía en ciertos momentos, de modo que resultaba un elemento
distractor y desconcertante al ojo del espectador. La interpretación de los
textos podría haberse pulido mejor técnicamente, pues por momentos la vocalización
no fue clara en el elenco. Los vestuarios, un elemento que uniformizó toda la
puesta en escena, era imponente debido a las texturas y colores tierra que
fueron certeramente elegidos.
La segunda obra es La
asamblea de mujeres de Aristófanes, comedia que data de fin del siglo III a.
C. En esta pieza se cuenta cómo un grupo de mujeres ha decidido que deben
convencer a los hombres para que les cedan el control de Atenas. Estas llegan
disfrazadas de sus esposos, se colarán en la asamblea para hacer la propuesta y
hacer de todo para que su cometido sea cumplido. Se usaron telas que permitían
a los actores adaptar una corporalidad viva, expresiva, donde el cuerpo se veía
muy involucrado en la interpretación: definitivamente el uso de un elemento
como este marcó la diferencia con relación a la primera obra del montaje. Al
tratarse de una comedia, fue certero colocarlo en la segunda parte de un
montaje, pues la ligereza de una pieza como esta permite que el público pueda
estar atento por más tiempo a la representación. El manejo del ritmo que la
obra requería estuvo adecuadamente manejado, resaltando por sobre el trabajo
hecho en Las troyanas.
El trabajo de obras cuya temática gira en torno al lugar de
la mujer en la sociedad son propuestas necesarias para la reflexión hoy en día.
Ya sea a través de la comedia o de un drama, es interesante ver cómo una pieza
teatral milenaria puede decirnos tanto sobre un problema actual: la falta de
igualdad y aceptación. No debemos permitir que ideas equivocadas de género nos destruya
como sociedad.
Stefany Olivos
2 de octubre de 2019
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