Saint o no Saint, he ahí el dilema
Función 14/09/2019
Escrita por Rafael Anselmi y dirigida por
Carlos García Rosell.
Este montaje rinde un tributo merecido al
creador de El principito, obra que ha marcado la vida de generaciones en todo
el mundo, porque muestra la complejidad de la conducta humana, la soledad
extrema en que sobre-vivimos, construida desde la infancia. Una crítica de
Saint-Exupéry a todos los adultos por perder la esencia del niño que todos llevamos
dentro alguna vez, pero que se va evaneciendo de manera cruel para dar paso a
una sombría adultez.
El montaje inicia con largos discurso de
Hitler, anunciando que Alemania conquistará el mundo; luego Churchill y
Roosevelt. Después entra a escena tardíamente Consuelo, quien de espalda al
público, pronuncia textos que no logran escucharse y es interrumpida por una
voz en off: es el locutor de radio que anuncia la desaparición del avión de
Saint…
Este trabajo escénico está compuesto por
escenas tan cortas que no logran desarrollarse, ni aportan al avance de la
línea dramática, todo se hace lento. Aunado a esto, como las “escenas” son casi
efímeras, los tediosos y repetitivos cambios de escena que se hacen a tiempo
real, boicotean aun mucho más el ritmo, esto se repetirá hasta el final. Los
tramoyistas deben acelerar el ritmo de los cambios. Otro factor son los
apagones tardíos, los actantes finalizan su “escena” y esperan largamente que
la luz se apague; en ese caso, la luz alumbra, mas no ilumina. La transitabilidad
de los actores y personal técnico por la entradas, salidas y espacio escénico
está como el tráfico de nuestra ciudad.
El trabajo actoral de García Rosell es
sobresaliente, compone muy bien su personaje (al parecer, esta obra ha sido
escrita principalmente para que sobresalga el protagonista), se le cree. Su
partner no logra lo mismo, transmite una incomodidad; su cuerpo, que habla
antes que la palabra, antepone ese malestar. Los demás actores mantienen un
registro básico y no tienen tiempo para evolucionar como personajes ni
relacionarse entre ellos, porque la dramaturgia no les favorece ni está clara;
en realidad este montaje podría concebirse escénicamente como un unipersonal. García Rosell, aparte de actuar, asume también la dirección; en algunas experiencias como estas, uno de los roles es el que flaquea.
El final no es creíble, Consuelo no logra desgarrarse ante la “muerte” de Saint.
El final no es creíble, Consuelo no logra desgarrarse ante la “muerte” de Saint.
Es terrible hacer un montaje en un
auditorio que no tiene las condiciones mínimas para realizar un montaje profesional,
y eso se aprecia en este trabajo; la producción sabiendo todo esto, ha debido
crear las condiciones mínimas favorables para esta puesta.
Dra. Fer Flores
15 de setiembre de 2019
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