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domingo, 21 de abril de 2019

Crítica: ERES BUENO CHARLIE BROWN


La buena música de Charlie Brown

Función 20/04/2019

Este montaje dirigido por Henry Gurmendi se presenta en el Teatro Mario Vargas Llosa, en donde un grupo de actores muy jóvenes, a excepción de Armando Machuca, presentan este trabajo.

Una dramaturgia múltiple, que no tiene un objetivo único, hace que este trabajo esté fragmentado dramatúrgicamente, ya que se presenta diversas “escenas” que cuentan anécdotas de Charlie Brown como si fuera una tira cómica; es por eso que las múltiples historias no se cierran y crean algunos vacíos dramáticos.

Con respecto a la disposición de la escenografía, hay un problema terrible en la ubicación de la casa de Snoopy, casi en el centro del escenario, reduciendo así el espacio para el desplazamiento de los actores. El trabajo de los cubos dinamiza el escenario para las múltiples historias. Se usa como telón de fondo la proyección que no cumple su objetivo, porque la casa obstaculiza su visión.

Los vestuarios y maquillaje siguen los planteamientos estéticos de los que se hacen en Broadway, casi no hay propuesta original.

La caracterización de los personajes, basados en el cliché, funciona muy bien con las actrices, porque han logrado una voz y energía de acuerdo con los personajes asignados; caso contrario al de los actores, que no lo han logrado. Charlie Brown no convence, porque intenta solo asignarle una forma de caminar que al inicio funciona, pero luego se va desdibujando; Machuca, usando su repertorio gestual característico para componer a un perro “claunesco”, tampoco. Todos los actantes gritan y eso perturba al público, porque el micrófono se acopla; eso es muy frecuente, especialmente en los coros. Por otro lado, el trabajo en los solos es ejecutado muy bien.

El otro show es de los músicos, que componen la sonoplastia y música para todo el montaje, es una delicia verlos atentos, entrar en el momento preciso y comprometerse con el trabajo. Se hubiera encontrado otra forma de ubicarlos para que ese espacio sea usado por los actores y desarrollar mejores coreografías en todo el espacio, ya que el director sabe hacerlo muy bien. Ellos estaban arrinconados entre el fondo del ecran y la mala ubicación de la casa.

Algunas características del teatro musical son la grandilocuencia de lo épico, en el que los protagonistas tengan un cuerpo de baile que refuerce lo que el canto dice; otro es que la escenografía no está basada solo en poner patas y un fondo; también en la aparatología escenográfica, que permita crear el espacio adecuado y la transitabilidad de los actores, para que las coreografías y cantos sean verdaderamente un lenguaje escénico al estilo del teatro musical; y por último, el lenguaje visual bien planteado, sobre todo en las puestas para niños y toda la familia, que debe estar bien planteado en todos los montajes.

Por último, se sugiere no apagar el aire acondicionado durante la función y evitar las demoras para iniciar.

Dra. Fer Flores
21 de abril de 2019

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