“Yo solo compito conmigo mismo”
Una de las obras más favorecidas por el público el año
pasado fue Sinfonía inacabada,
escrita por el conocido autor español Alejandro Casona. Justamente, su actor
protagónico, Eduardo Bazán, se alzó como el ganador de la encuesta de Oficio
Crítico al mejor intérprete en Comedia o Musical, interpretando a Franz
Shubert. “Empecé de pura casualidad, yo tenía afinidad por la música (tocaba
guitarra) y por la danza folclórica en Cuarto y Quinto de Secundaria”, reconoce
Eduardo sobre sus inicios teatrales. “Soy bachiller en Ingeniería Automotriz,
estudié un diplomado de gestión de proyectos, estuve enfocado por otro rumbo;
pero por cuestiones de laburo cambié de trabajo y eso me llevó a un curso de teatro
en la Municipalidad de Pueblo Libre en el 2016, a los 25 años”. Fue así que
hace apenas unos años, Eduardo entró con fuerza al mundo de las Artes
Escénicas.
El teatro como compromiso
“Pasaron dos semanas de clase en el taller de Pueblo Libre
con César Vargas y una frase me llamó la atención: Va a llegar el momento en el
que, en temporada, vas a tener un hijo o va a morir algún familiar, y la
función debe continuar”, recuerda Eduardo. “Y me dije: Ya, esto es; lo dejé
todo y me embarqué en el mundo de la actuación”. Él estuvo en un par de
talleres, hasta entrar al de Roberto Ángeles en el 2017, al que considera como
un gran maestro. “Es además, un gran coach, te hace salir de la zona segura;
creo que eso es lo que más he trabajado con él: el dejar de pensar y arriesgar
más”. Eduardo se reconoce como un autodidacta, ya que afirma escarbar en su
propio ser, probando y fallando hasta entender. “Roberto no te da toda la teoría desde un inicio
porque busca entrenar el lado intuitivo, el impulso, las sensaciones”.
Eduardo reconoce su ignorancia inicial acerca del teatro
antes de conocerlo. “Imagínate que decía que para qué ir al teatro, cuando el
cine está más barato; ahora sé que es difícil cambiar esa mentalidad en la
gente”. Pero él asume los retos y ya puede ufanarse de tener una carrera corta
pero acelerada. “Llegué a un momento mental en el que tomo las oportunidades
que se me presentan y las hago con todo el profesionalismo que puedo tener; me
pueden faltar detalles, pero lo hago con el mayor respeto posible”. Vimos a
Eduardo en su debut teatral, reemplazando a un actor en las últimas temporadas de El Avaro (2017), dirigidas por
Ruth Escudero; así como en las interesantes puestas Adiós al camino amarillo (2017) de Jaime Nieto, a cargo de Mario Gaviria; y Closer
(2018) de Patrick Marber, bajo la dirección de Rod Díaz Sánchez.
Sinfonías y proyectos
La puesta en escena de Sinfonía inacabada nació cuando
Eduardo y su colega Edwar Reyes leyeron la obra en marzo del 2017. “Hay que
hacerla”, fue el acuerdo inicial. Luego Reyes conoce al actor Bernardo
Scerpella en el taller de Alberto Isola y deciden producirla. “Me llamaron
(para interpretar a Shubert) y fue una gran producción colectiva, todos nos
metimos de cabeza, eso es lo espectacular del teatro independiente: todos
hicimos de todo”. Fue una temporada en la que Eduardo pudo demostrar sus
habilidades histriónicas, porque piensa que un buen actor de teatro debe amar
lo que hace y ser muy constante. “Yo compito conmigo mismo, me comparo con el
“yo” de hace un año y me digo que vamos a subir la velocidad”. Por otro lado,
un buen director de teatro debe “no solo saber llegar al actor, sino que además
sepa que es ser actor, para que pueda llegar a los actores con palabras o
gestos adecuados”.
Para este año, Eduardo ya tiene una temporada por estrenar.
“Con Edwar Reyes fundamos la
productora Compañía de Arte Dramático (CAD) y estrenamos en abril la obra
Presidentes de América, escrita por Cesar Vallejo”. La puesta tendrá como
director a Roberto Vigo y estarán, además de Eduardo y Reyes, los actores
Mauricio Sotomayor, Omar García López, Luciana del Carmen, Marcelo Paredes
Vásquez y Edwin Guerra.
“Será nuestra primera obra oficial, sumada a la experiencia de Sinfonía inacabada y el haber creado un equipo de
confianza; la obra fue escrita en 1938, no ha perdido nada de su esencia y de
lo que tenemos que cuestionarnos
como ciudadanos”, concluye.
Sergio Velarde
6 de febrero de 2019
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