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miércoles, 6 de febrero de 2019

Entrevista: EDUARDO BAZÁN


“Yo solo compito conmigo mismo”

Una de las obras más favorecidas por el público el año pasado fue Sinfonía inacabada, escrita por el conocido autor español Alejandro Casona. Justamente, su actor protagónico, Eduardo Bazán, se alzó como el ganador de la encuesta de Oficio Crítico al mejor intérprete en Comedia o Musical, interpretando a Franz Shubert. “Empecé de pura casualidad, yo tenía afinidad por la música (tocaba guitarra) y por la danza folclórica en Cuarto y Quinto de Secundaria”, reconoce Eduardo sobre sus inicios teatrales. “Soy bachiller en Ingeniería Automotriz, estudié un diplomado de gestión de proyectos, estuve enfocado por otro rumbo; pero por cuestiones de laburo cambié de trabajo y eso me llevó a un curso de teatro en la Municipalidad de Pueblo Libre en el 2016, a los 25 años”. Fue así que hace apenas unos años, Eduardo entró con fuerza al mundo de las Artes Escénicas.

El teatro como compromiso

“Pasaron dos semanas de clase en el taller de Pueblo Libre con César Vargas y una frase me llamó la atención: Va a llegar el momento en el que, en temporada, vas a tener un hijo o va a morir algún familiar, y la función debe continuar”, recuerda Eduardo. “Y me dije: Ya, esto es; lo dejé todo y me embarqué en el mundo de la actuación”. Él estuvo en un par de talleres, hasta entrar al de Roberto Ángeles en el 2017, al que considera como un gran maestro. “Es además, un gran coach, te hace salir de la zona segura; creo que eso es lo que más he trabajado con él: el dejar de pensar y arriesgar más”. Eduardo se reconoce como un autodidacta, ya que afirma escarbar en su propio ser, probando y fallando hasta entender. “Roberto no te da toda la teoría desde un inicio porque busca entrenar el lado intuitivo, el impulso, las sensaciones”.

Eduardo reconoce su ignorancia inicial acerca del teatro antes de conocerlo. “Imagínate que decía que para qué ir al teatro, cuando el cine está más barato; ahora sé que es difícil cambiar esa mentalidad en la gente”. Pero él asume los retos y ya puede ufanarse de tener una carrera corta pero acelerada. “Llegué a un momento mental en el que tomo las oportunidades que se me presentan y las hago con todo el profesionalismo que puedo tener; me pueden faltar detalles, pero lo hago con el mayor respeto posible”. Vimos a Eduardo en su debut teatral, reemplazando a un actor en las últimas temporadas de El Avaro (2017), dirigidas por Ruth Escudero; así como en las interesantes puestas Adiós al camino amarillo (2017) de Jaime Nieto, a cargo de Mario Gaviria; y Closer (2018) de Patrick Marber, bajo la dirección de Rod Díaz Sánchez.

Sinfonías y proyectos

La puesta en escena de Sinfonía inacabada nació cuando Eduardo y su colega Edwar Reyes leyeron la obra en marzo del 2017. “Hay que hacerla”, fue el acuerdo inicial. Luego Reyes conoce al actor Bernardo Scerpella en el taller de Alberto Isola y deciden producirla. “Me llamaron (para interpretar a Shubert) y fue una gran producción colectiva, todos nos metimos de cabeza, eso es lo espectacular del teatro independiente: todos hicimos de todo”. Fue una temporada en la que Eduardo pudo demostrar sus habilidades histriónicas, porque piensa que un buen actor de teatro debe amar lo que hace y ser muy constante. “Yo compito conmigo mismo, me comparo con el “yo” de hace un año y me digo que vamos a subir la velocidad”. Por otro lado, un buen director de teatro debe “no solo saber llegar al actor, sino que además sepa que es ser actor, para que pueda llegar a los actores con palabras o gestos adecuados”.

Para este año, Eduardo ya tiene una temporada por estrenar. “Con Edwar Reyes fundamos la productora Compañía de Arte Dramático (CAD) y estrenamos en abril la obra Presidentes de América, escrita por Cesar Vallejo”. La puesta tendrá como director a Roberto Vigo y estarán, además de Eduardo y Reyes, los actores Mauricio Sotomayor, Omar García López, Luciana del Carmen, Marcelo Paredes Vásquez y Edwin Guerra. “Será nuestra primera obra oficial, sumada a la experiencia de Sinfonía inacabada y el haber creado un equipo de confianza; la obra fue escrita en 1938, no ha perdido nada de su esencia y de lo que tenemos que cuestionarnos como ciudadanos”, concluye.

Sergio Velarde
6 de febrero de 2019

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