Un baúl maravilloso
Caroll Chiara, actriz y ahora gestora cultural de su
proyecto X Productora, presenta en esta oportunidad una obra familiar llamada “El
Baúl de Circacia”. X Productora se autodefine como una organización que busca
desarrollar las artes escénicas inspirada en los valores de la pasión, el compromiso
y el espíritu de servicio. Desde el año 2015 que nació, han montado una serie
de obras como “Cluny, el musical”
(2016), “Vergüenzas: Cajamarca, 1953”
(2017), “La Ambición de los Difuntos”
(2018) y “Naufragio” (2018), y también
han participado en proyectos con el actor y profesor de teatro Carlos Mesta y
el dramaturgo Alfredo Bushby. “El Baúl de
Circacia” fue escrito por Yani Aít-Aoudia, Julia Figuière y Soledad Ortiz
de Zevallos y el elenco es conformado por Gaby Olivera, Nicole Carrión y Daniel
Hanashiro.
El escenario es un espacio abierto muy acogedor con una
decoración artística bastante llamativa. Antes de iniciar la función, en medio
del escenario, resalta un baúl y, al lado, un ukelele, un cajón, una guitarra,
un n'goni y otros instrumentos de viento y percusión que serían usados en
diversas escenas. Además, también encontramos una serie de cojines coloridos
para uso de los espectadores que deseen apreciar el espectáculo sentados sobre
el piso. Estos son, principalmente, madres con niños.
La función comenzó con puntualidad. El público fue de veinte
personas, en su mayoría, familias con niños. La obra reemplaza los diálogos
entre los actores por una serie de acrobacias, ejercicios de circo y un poco de
zapateo. La narración es realizada por ellos mismos a través de sus cuerpos y
la precisión y dominio escénico son muy atractivos para los espectadores. Se
intuye que la acción dramática parte del intento de un muñeco (Nicole Carrión)
de salir del baúl para conocer nuevas amistades y explorar el mundo a través
del juego y la música. Los actores son egresados de la escuela La Tarumba y eso
se reflejó en la gran creatividad de sus movimientos coordinados que dejaron
asombrados a los niños en primera fila. Se debe reconocer, además, el talento
artístico de Daniel en el manejo de instrumentos de cuerda, como el ukelele.
El vestuario era atractivo visualmente y servía para
identificar muy bien a los personajes. Los actores vestían overoles similares a
los usados por jardineros con colores distintivos: rojo (Gaby, la niña
distraída), azul (Nicole, el muñeco) y amarillo (Daniel, el niño músico).
Cuando la función se llevó a cabo, no se necesitaron luces, pues el espacio
tenía un techado ligero y la luz del sol iluminaba el escenario.
El montaje, debido a la falta de diálogos, debe descubrirse
con mucha concentración: resaltar la importancia de la amistad. “El Baúl de Circacia” está en temporada
corta todos los domingos de febrero hasta el 24 de este mes en el restaurante
cultural Tierra Baldía, Av. Del Ejército 847, Miraflores. La entrada de los
niños incluye un helado de cortesía.
Enrique Pacheco
18 de febrero de 2019
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