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viernes, 2 de noviembre de 2018

Crítica: MAESTRA VIDA


Maestra salsa

El musical Maestra Vida, basado en la ópera salsa de Rubén Blades, llegó por primera vez al Perú y estuvo presentándose en el Auditorio del Colegio La Salle en Breña, dirigido por Emilio Montero, con las actuaciones de Ernesto Pimentel, Ebelin Ortiz, Gabriel Gil y Cielo Torres.

Con una producción de gran calidad, este musical combina muy bien la narrativa literaria con el género musical de todos los tiempos: la salsa. Se narra al son de la música y el baile una nostálgica historia, típica de un barrio cualquiera: una historia de amores y tristezas, que empieza una tarde de abril del 75, cuando Manuela (Cielo Torres) y el sastre Carmelo Da Silva (Gabriel Gil) se enamoran. La trama es narrada por Quique Quiñones (Ernesto Pimentel), quien precedido por el personaje interpretado por Ebelin Ortiz, relatan con destreza y ritmo los sucesos que van aconteciendo.

Un despliegue de más de treinta artistas en escena, entre los que destacaron el premiado elenco de baile Arthur Murray y la orquesta del Callao El Swing de los Cueros, quienes entonaron al público en cada una de las escenas, acompañados por equipos de sonido, luces y proyectores que realzaban el trabajo escénico.

Sin embargo, a pesar de ser un auditorio con capacidad para un público abundante, el escenario quedó un poco reducido para la cantidad de artistas, lo cual se supo sortear con la distribución de las coreografías e intervenciones de los actores.

Un espectáculo de nivel, que reinventa el tenor de los musicales ya vistos en la escena limeña, destacando la versatilidad del actor Gabriel Gil, quien supo sostener al personaje, al cantante y al bailarín, con firmeza durante las casi dos horas de espectáculo; junto al destacado Ernesto Pimentel, la talentosa Ebelin Ortiz y la cantante Cielo Torres lograron un buen show, abrazados por el resto del elenco y el marco musical.

Maria Cristina Mory Cárdenas
2 de noviembre de 2018

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