¿Qué sucede cuando el hombre decide ir más allá, poniendo a
prueba sus conocimientos y habilidades? ¿Acaso será honrado por estas hazañas?
O peor aún, ¿se convertirá su creación más ambiciosa, en su verdugo más feroz? Estas
son algunas de las interrogantes que pone de manifiesto la obra Fránquenstein. Jugando con Fuego, basada
en la literatura de Bárbara Field y dirigida por el también actor Fernando
Luque.
La trama gira en torno a Víctor Frankenstein y su impensada
creación, una criatura que al verse acorralada por su creador, su “padre”, le pedirá
explicaciones acerca de sus orígenes; desatándose entre ambos una pugna que
entrelaza pasado y presente, siendo la muerte, al parecer, la única salida.
Un montaje bien cuidado, así como los detalles al presentar
la escenografía, el vestuario y las caracterizaciones de los personajes. En
cuanto al elenco, conformado por Alaín Salinas, Oscar Yépez, Alonzo Aguilar,
Quini Gómez y Santiago Suárez, se mostró compacto y afiatado como grupo. Por su
parte, Yépez (en el papel de Víctor F.) luce sólido, sosteniendo su
interpretación a lo largo de la ejecución; en el caso de Alaín Salinas (como la
Criatura), habría sido interesante llevar al personaje un poco más allá,
jugando con el tono de voz o extremando la caracterización; sin embargo, ello
no deslució su fuerza interpretativa.
Sin duda, una propuesta que llevará al espectador a
sumergirse en los dilemas existenciales de un hombre que tentó a la naturaleza
y traspasó todos sus límites en nombre de la ciencia y su poder, arriesgándose a perder en el camino, a su gran amor y la
propia vida.
Maria Cristina Mory Cárdenas
6 de setiembre de 2018
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