El discurso y el teatro
RECONSTRUCCIÓN_Nombre Femenino, presentado en el Centro
Cultural José Olaya y dirigido por Paloma Carpio Valdeavellano y Coralí Ormeño
Michelena, es una pieza que busca aterrizar sobre los
paradigmas sociales que rodean a la mujer peruana de hoy y provocar cuestionamientos
sobre el origen de este panorama, que asoma de forma lúgubre e infeliz.
El espectáculo inicia con una serie de
monólogos que revelan la intimidad de algunas figuras representativas, como
Susana Higuchi o Pilar Nores, ambas vulnerables ante los victimarios Fujimori y
García; la primera, en una llamada de auxilio por verse encerrada en su hogar y
la última, envuelta en su remordimiento, tras aceptar la infidelidad de su
esposo.
Estos relatos, acompañados de material
audiovisual alusivo al machismo imperante en las figuras políticas del país y
el derroche de violencia contra la mujer que todos reconocemos, sugieren la
emancipación de una ideología que ha calado en el quid de cada persona y ha
causado un daño histórico irreparable.
Tras este primer momento, la dirección decide
alejar el espectáculo de la ficción y propone una exposición o por momentos, un
stand up comedy sobre el origen de esta problemática, lo cual contrasta
duramente con la seriedad de la primera parte. Poco a poco, la teatralidad se
desvanece y desde el escenario, las actrices elucubran argumentos debatibles
sobre el porqué de nuestro violento presente. Así, se hace trasparente el
mensaje sin el teatro que lo sublimice.
Hacia el final, el espectáculo da otro giro
y aparecen discursos autorreferenciales de cada actriz con respecto a sus
propios conflictos e historias, y a pesar de algunos relatos conmovedores, poco
tienen que ver con la situación social de la mujer en la actualidad, se tratan
de mensajes de superación que no evidencian la presencia del machismo.
Así, RECONSTRUCCIÓN_Nombre Femenino, que constituía un
discurso reflexivo sobre cómo el machismo trastoca todas las clases sociales, poco
a poco, se olvida del lenguaje teatral y se ocupa de evidenciar su mensaje,
dejando poco espacio para la autorreflexión.
Bryan Urrunaga
11 de julio de 2018
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