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lunes, 26 de marzo de 2018

Crítica: LOS FABULATAS 2 Y LA MÁQUINA LEGENDARIA


Una máquina para la niñez

La Nave Producciones nos trae la puesta en escena “Los Fabulatas 2 y la Máquina Legendaria”, bajo la dirección de Paloma Reyes de Sá y con las actuaciones de Patricia Barreto (María Belén), César García (Percy), Jely Reátegui (Clora), Manuel Gold (Hubert) y Rodrigo Zalles (Señor F).

No es la primera vez que Reyes de Sá lleva a los teatros la historia de los Fabulatas; de hecho, es la continuación de una primera puesta en escena hace unos años. Los Fabulatas son un grupo de niños que forman un club (El Club de los Fabulatas) y de una manera inocente tratan de recrear distintos escenarios sobre el origen del mundo, esta vez por medio de una máquina del tiempo. Los Fabulatas viajan por el tiempo en este artefacto: primero, buscando el origen del universo; luego, de los dioses de la India, Brahma y Maya; después, en un mundo insular, del mito japonés de Amaterasu; y finalmente, buscando su propio origen, recreando el mito griego de Medusa.

Los niños-actores no “interpretan” los mitos, sino que estos se vuelven escenas en las que ellos juegan a interpretar a los personajes de los mismos. La improvisación que hacen los actores es admirable, así como su capacidad de lidiar con el público infantil que interviene en todo momento entre las escenas, con gritos, carcajadas e interrupciones. Los materiales usados en el escenario son sencillamente impecables, todos ellos han sido trabajados cuidadosamente y solo merece aplausos el trabajo de producción al realizarlo. La escenografía es espectacular y colorida, se imita un mundo maravilloso enfocado en los niños sin caer imaginarios convencionales. En todas las escenas, el Señor F es el acompañante musical y genera melodías en vivo con sus instrumentos, las que consiguen una sensación de desasosiego en el público.

Es imposible aburrirse un solo segundo con esta nueva historia de Los Fabulatas. Se debe resaltar que Reyes de Sá ha creado una historia en la que todos los personajes “están” en el escenario y que, inesperadamente, algunos elementos del escenario se vuelven parte importante en las escenas, aquellos que uno, al inicio, no pensaba que iría a tener una utilidad, como cajas, zapatos, un balde, un taburete, entre otros. Si existe algún reparo a la obra, este sería que no queda del todo claro cuál es la moraleja final de la historia o si solo se trata de una en la que cada escena es un juego para emocionar al público.

A pesar de este detalle, esta nueva historia de Los Fabulatas es, de lejos, muy recomendable para toda la familia, especialmente para los niños. La obra está en temporada los fines de semana hasta el 13 de mayo en el Auditorio Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional del Perú - Sede San Borja.

Enrique Pacheco
26 de marzo de 2018

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