“Lo importante del teatro es mirarnos hacia
dentro”
“Curandero es el resultado de 17 años que tiene
el colectivo de formado. Es el resultado de nuestras búsquedas, a todo nivel,
de volver a entender las imágenes, las visiones, eso que está en nuestro ADN,
nuestro conocimiento, sensaciones, olores, música, puesto de forma que sea un
ritual compartido”, cuenta Ricardo Delgado, fundador del colectivo Angeldemonio
y ganador del premio de dirección
otorgado por el jurado de Oficio Crítico 2017. Formado como actor de teatro,
compartió desde sus inicios el trabajo escénico con una generación importante
de creadores. “He trabajado con Yuyachkani, con Lucho Ramirez, con Oscar Natters,
Mario Delgado, Daniel Dillon, Rodrigo Benza, Santiago
Sanchez (España) he tenido por suerte distintas experiencias escénicas con
maestros de distintos formatos”. Esto avivó preocupaciones que se encargaría de
investigar en su propio proyecto, Angeldemonio, el cual le demandó abrirse hacia
otros campos de las artes escénicas.
La investigación y los montajes
Delgado menciona que aprendió empíricamente
sobre el diseño de iluminación y la producción, ya que “el hecho de formar el
colectivo implicaba ser multifacético, saber de producción, prensa, todo lo que
tenías que aprender por una necesidad de querer desarrollar e investigar, y así
poder crear sin esperar a que alguien o alguna institución compañía o grupo te
convoque”. Así pues, la investigación ha sido y continúa siendo el eje movilizador
de su trabajo y lo que ha enrumbado su trayectoria hacia la originalidad. “Me
interesa el surrealismo, creo en la inteligencia emocional, creo en la
dramaturgia de la imagen y creo en un teatro o en un arte escénico originario
nuestro, que ya existía antes de la conquista y posterior colonización”. El
trabajo que viene realizando Delgado desde hace mucho tiempo, consiste en una
investigación sobre la teatralidad de las danzas tradicionales peruanas, los
personajes, la performance, el tiempo, el estado del “actor danzante”, el
color, la plástica, el ritual. “Investigo estas manifestaciones que existen,
que es el teatro nuestro, el teatro que conocemos, el teatro originario.”
Desde los primeros montajes, Ricardo
planteaba una institución del actor autónomo. “Empezamos haciendo una obra en
el año 2000, Más allá del borde, veníamos de lo que era un brazo bastante barbiano
y grotowskiano: el trabajo de la dramaturgia del actor, el actor creador, el
actor de cuerpo. La hicimos junto a Alberick García, dirigimos, actuamos y
creamos e investigamos mucho sobre el movimiento “lumpen” de las noches en el
centro de Lima, pero nunca la escribimos y después la montamos: la construimos
a partir de improvisaciones”. El montaje se hizo en la AAA y era la historia de
un boxeador y su hermano que era su manager y que siempre trabajaba en peleas
clandestinas. A partir de aquí, Ricardo emprendió nuevas investigaciones con
influencias de movimientos contemporáneos, tales como el grupo De la Guarda y La
Fura dels Baus (guardando las distancias) e instauró en su teatro la
preocupación de acercar el espectáculo hacia el público de modo que se generase
un convivio más inmediato. “Hicimos una segunda obra que era BORDERLINE 1, la
gente entraba y era un cubo en el centro de Miraflores, los personajes
aparecían de las paredes, no había butacas, fue en el 2001. Se hizo en el
teatro Pata de Cabra, todo el escenario estaba cerrado y la gente entraba en el
espacio y la atmósfera”.
Más tarde, la investigación de Ricardo
adquirió nuevos límites al verse involucrado con Miguel Villaseca, arquitecto
urbanista y artista. “Trabajamos muchos proyectos de intervención de espacios
públicos, ahí me puse a investigar bastante sobre el accionismo, la
arquitectura, lo que era el performance”. Posteriormente, trabajó con Carlos
Cueva, director de LOT (La otra orilla) y empezó a entender otros medios, buscando encontrar otros registros del cuerpo
en el espacio escénico, en el espacio artístico compartido. “Me interesaba
tener una aproximación con el espectador, pasarlo a ser un testigo del hecho
escénico, eso indica llevar el cuerpo a otros niveles y otros límites”. Así
nace el proyecto Pampa Santa, creada y estrenada en España a partir de una
invitación de un festival OFF llamado APARTES del Festival de teatro clásico de
ALMAGRO, obra expuesta también en el parque Universitario, la plaza San Martin,
la plaza Manco Cápac, Parque Bondi (barrio del músico “Chacalon”, de quien se
inspiraron y usaron su música en toda obra) en un recorrido por Chile. “Era un
proyecto en espacio público, se cargaban 120 ladrillos de concreto, al final se
crea un altar donde la gente entra y coge algunos elementos como santitos y
velas y se las puede llevar. Hemos investigado y trabajado con los cómicos
ambulantes: ¿cuál era su estado?, ¿cómo era su cuerpo para poder congregar a la
gente en el centro de Lima, donde la gente es violenta, cruza y no está para
bolas?, ¿cómo tomas el espacio?” De esta forma, Angeldemonio siguió en vigencia
de su búsqueda que la concibe como una agrupación coherente en sus principios.
“Una cosa es ser actor y otra, ser actor peruano, entonces por lo cual, tenemos
una misión en la difusión de arte escénico en un país que no tiene políticas
culturales solidas, sobre todo con los que menos posibilidades tienen; lo digo
porque estudié en colegios nacionales y nunca tuve profesor de teatro y menos
me llevaron a uno y si voy a gastar la plata y todo el esfuerzo, para montar un
proyecto lo pongo en la calle, espacios
públicos, barrios. Allá voy a tener teatro lleno . Es otro público, es
distinto, estás más cerca, en realidad,
pones en riesgo tus conocimientos de cómo aplicar las investigaciones; en ese
sentido, para poder conectar con ese “otro público” el cual no estamos
acostumbrado “los artistas”, aquel público que por suerte sí tienen la
posibilidad, ganas y conocimiento de pagar una entrada”. Para Delgado, la
actuación (o la técnica de actuación para calle, como se conoce) no funciona en
una Lima o en una Nación tan diversa y compleja social y culturalmente.
Curandero y futuros proyectos
Tras este recorrido llegamos a Curandero
Limpia Escénica (2016), una obra en la que están colocados los lineamientos
extraídos de todos estos años de investigación. “Trabajamos en base al ritual,
la danza, lo cercano, los elementos, tener una investigación visual, somos muy
visuales los peruanos, tú ves las fiestas patronales y son muy visuales,
participativas. Acá, en el teatro hegemónico, nos separaron todo, pero la
danza, la música, la actuación, la plástica y el ritual nunca se separaron”.
Estas afirmaciones recaen en un espectáculo que parte de un elemento simple,
concreto y significativo para nuestra memoria colectiva: la sábila. “Fuimos a
la parada a buscar elementos para nuestra investigación. Quedé perdidamente
enamorado de la sábila gigante, hermosa
y la llevé al escenario. Teníamos eso, el amor y el desamor”, afirma. Delgado además
quería trabajar con una imagen antropomórfica, pues le interesaba esa imagen
del ser humano transformado en animales. “Me ha pasado en el trayecto de mi
vida sentirme como un animal, una rata o un perro rabioso”, reconoce. La
obtención de estos elementos recayó en la temática del curanderismo popular,
con el fin de soslayar las dolencias del amor. “A partir de allí empezamos a
observar la plástica de la curandería. Vimos las instalaciones plásticas,
cuando ofrecen la cosas, los colores, las formas, los materiales, los
recuerdos, el huevo, la ruda, empezamos a encontrar materiales que nos
vinculan”. De esta forma se fue elaborando el proyecto escénico, soliviantado
con formas y colores que resonaban en la memoria de sus creadores, sin perder
de vista los principios pragmáticos del actor creador. “Son muchas cosas que
ayudaron a nuestra dramaturgia, la construimos en la acción, la dramaturgia de
la imagen es importante y yo parto de cuadros, voy planteando cuadros con el
actor y los elementos, luego enumero los cuadros, este es el del huevo, este es
el de la ruda y a la hora de ir juntándonos vamos moviéndolos de acuerdo como
va encontrando el hilo conductor el actor-creador; en estos mundos ¿cómo él
vive?, ¿cómo se desarrolla?, ¿cómo llega ahí?”
Delgado sostiene que para la creación de la
dramaturgia, es básica la visión de los miembros del colectivo, como la
sonorización que realizó Abel Castro, a partir de grabaciones de madrugada que
realizó en la misma Parada en las madrugadas, la materialización visual y
técnica en la iluminación de Igor Moreno, la vivencia ,experiencia y
composición física y sensorial de Augusto Montero, y la realización plástica de
la Máscara de perro de Pol Colino. "La mezcla de todos estos saberes son las que crean y dan soporte a la creación
y realización dramatúrgica de Curandero, ya que para nosotros la dramaturgia no
necesariamente se origina en la escritura y la palabra, también está en el
sonido, la imagen, los elementos, el ritual
y los testigos (publico) como sucede en nuestras manifestaciones
culturales(fiestas patronales, rituales, carnavales, etc)".
Construido de esta forma, Ricardo nos
cuenta que Curandero se plantea una finalidad muy concreta y poderosa: la
facilidad de comunicación, la facilidad de palabra a pesar de su incauto
silencio. “Una de las cosas del porqué la “gente” no va al teatro, es porque
dicen que no van a entender, que es aburrido. ¿Entonces qué hacemos?” La
búsqueda de Delgado es poder dialogar y para hacerlo, se debe recuperar nuestra
dramaturgia, en nuestras memorias, imágenes, sonidos, en nuestras danzas; la
forma de generar un espacio compartido, del ritual del compartir, para poder
seguir vivo y tener una identidad. “No hay nada que entender, siempre estuvo
con nosotros, es pasar y disfrutar, como cuando vas a la fiesta patronal, todos
participan, todos bailan, nadie dice no”.
Dentro de los proyectos venideros de
Ricardo Delgado, se encuentra una investigación pragmática sobre la teatralidad
andina, en base a la danza mestiza de la Chonguinada, dirigido por Rodrigo
Benza; a partir de su involucramiento con un grupo de danzantes en Sapallanga,
Huancayo. “Otro proyecto en el que nos encontramos es en un laboratorio de
investigación sobre la danza los Shapish de Chupaca producido por Angeldemonio
y dirigido por Miguel Rubio (director de Yuyachkani) a estrenarse en junio de
este año”. También se encuentra
planeando la exposición de Curandero en La Parada, lugar que le produjo tanto a
él como a Augusto Montero, imágenes y memorias fundamentales. “Estamos buscando
algún mecenas que quiera pagar el equipo de sonido y luces, solo eso, nosotros
ponemos la actuación, sería muy lindo que gente de La Parada observe el
trabajo.” Como última reflexión, Ricardo nos comparte que “lo importante es
trabajar, creer, investigar, arriesgar sobre todo y mirarnos hacia dentro; creo
que es importantísimo mirarnos; este teatro es mi visión, mi resistencia, mi
vida, mi forma de creer y de crear, de encontrarme y saber quién soy”.
Bryan Urrunaga
25 de enero de 2017
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