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miércoles, 31 de enero de 2018

Colaboración regional: ¿BOOM TEATRAL AREQUIPEÑO?

Arequipa, ¿cómo vamos?

Los últimos años han traído un generoso aumento en la actividad teatral arequipeña. Aparecieron en el lienzo nuevos actores, directores y dramaturgos que han formado colectivos, compañías y grupos (pocos de estos institucionalizados), que aportan nuevas puestas en escena, sumando esfuerzos a quienes llevan más de una o dos décadas dedicadas a esta noble labor.

Hay quienes llaman a este crecimiento un “boom teatral arequipeño”.

Debemos ser muy cuidadosos en utilizar estos términos juntos, ya que implica una realidad, quizás distinta, a la que realmente se vive.

¿Podemos hablar de un boom teatral arequipeño o será solamente una quimera?

Para tener una referencia: en la capital se rumoreaba la existencia de un “boom teatral”, incluso algunos pensaban que debía ser celebrado. Había también quienes se apresuraban a llamar a este fenómeno “boom del teatro peruano”, haciéndolo extensivo a todo el territorio. Muchos se encargaron de desmitificar este “boom” y reducirlo a espejismo.

Regresando a Arequipa, no podemos negar el incremento de la actividad teatral, es algo completamente plausible, va avanzando, paso a paso, venciendo barreras de todo tipo.

Evidencias de este incremento son la apertura y actividad constante de nuevos espacios de teatro convencionales, como “Teatro Umbral” y el teatro de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, además de los espacios no convencionales, que son gestionados y sustentados por grupos y asociaciones culturales dando un nuevo respiro a la ciudad.

Por muchos años, las opciones de hacer teatro en espacios convencionales eran limitadas, debido a la mala conservación y estado de los recintos, los cuales, generalmente, eran destinados a fines completamente diversos al que fueron creados.

Para muestra, un botón: el Teatro Municipal de Arequipa, gran elefante blanco, administrado (si cabe el término) por la Municipalidad Provincial de Arequipa. Este tendría que ser el recinto cultural más emblemático de la ciudad, con una actividad constante y fructífera. Lastimosamente, la falta de planes y políticas culturales de la Municipalidad han convertido a este emblemático teatro en un edificio más del centro histórico. En años posteriores este recinto albergó ferias gastronómicas, premiaciones, eventos municipales y hasta una iglesia evangélica. Aunque se ha rectificado un poco el rumbo, el Teatro Municipal sigue sin ser lo que debería, y ha caído en manos de EMECSA, una empresa municipal de eventos culturales cuestionada, en reiteradas ocasiones, por sus malos manejos.

Desde el material humano, muchos jóvenes se están acercando al teatro, principalmente a la actuación y algunos pocos a la dramaturgia y a la dirección. Egresó la primera promoción del recientemente inaugurado Conservatorio de Artes Escénicas de la Universidad La Salle, el primero de su tipo en la historia de la ciudad.

Junto a este incremento de material humano ha crecido también el número de puestas. En el 2016 pude contabilizar 46 obras teatrales estrenadas, superando con creces en número de producciones de años pasados. El conteo del 2017 no ha sido realizado aún, pero sin duda, es igual o mayor.

Lastimosamente, este aumento en la actividad teatral no se ve reflejado, en igual forma y proporción, con la presencia del respetable público en las salas.

No es raro encontrar presentaciones en las que el número de actores en escena supere al número de espectadores en las butacas. Esta fotografía es realmente lamentable, porque pone en peligro la emulsión de los últimos años y amenaza la continuidad de la actividad teatral en la ciudad.

Debo hacer la salvedad que también se han visto rotundos éxitos, en cuanto a asistencia del público se refiere; sin embargo, esta no es la regla. 

Es menester indagar, señalar y resolver las causas de la baja asistencia a las salas, ya que esto dificulta de manera grave el quehacer teatral, lo vuelve menos fructífero, amenaza su existencia y hace pasajero todo intento.

Sin haber resuelto esta variable no podremos hablar de un “boom teatral”, mientras tanto, aunamos fuerzas para que este crecimiento no se detenga, que se encauce y multiplique, lo necesitamos, mucho.

Mauricio Rodríguez-Camargo
Arequipa, 29 de enero de 2018

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