Comedia del absurdo que rompe muchos esquemas pero divierte,
pues juega con el estilo de las antiguas series de detectives de los años 80. Es
el resultado de la creación colectiva entre la directora Paloma Reyes de Sá,
Carol Hernández y los actores Manuel Gold, César García y Jely Reategui. Bajo la
producción de Gestus, la puesta en escena va los martes y miércoles en el
Teatro Julieta y refleja nuestra sociedad peruana, exponiendo lo ridículo que
podemos ser, muchas veces, al tratar de ser quienes no somos. Otros temas que
aborda son el machismo, el feminismo y una burla a la doble moral. Black (Gold)
y Jack (García) son dos hombres desempleados y con nada en común, pero terminan
involucrados en un caso de mafia, al lado de la sexy bailarina Yesica (Reátegui),
pues por cosas del destino encuentran una misteriosa maleta.
El montaje consta de tres ambientes sencillos, adornados con
colores primarios, oscuridad y luces de neón, caricaturizando las escenas con
sumo cuidado en los detalles. Hay un atinado uso del narrador, quien además de
describir las acciones en sus pensamientos, las compartía con el público (los testigos),
que no paraba de reír al visualizar las acciones descritas. Los jocosos gags
integran hechos de la realidad y del contexto social actual. Y curiosamente,
los momentos en los que los actores permanecen en silencio, sin realizar otra
acción que la de fijar la mirada al público, logran que este estalle de risa.
En cuanto a las actuaciones, resalta la participación de Reátegui,
pues si bien es un personaje secundario, este logra ensamblar la historia con fuerza,
astucia y personalidad calculadora, manteniendo sensualidad y energía de
principio a fin, a pesar de los zapatos altos; el maquillaje fuerte y sus
maniobras en el pole dance hicieron que su disfrute en la actuación fuera
notorio. Por su parte, Gold destacó por su energía y carisma a las que nos tiene
acostumbrados, corporalmente muy humorístico; y García, dotando a su personaje
de características precisas para lograr convencer al público.
El primer caso de Black & Jack cumple su
objetivo al considerarse una “comedia prohibida”, ya que se suman escenas
sexuales, desnudos y términos soeces, siendo adecuada para un público juvenil y
adulto. El mensaje que rescato de la obra es el de apreciar la amistad y la
lealtad; así como el arriesgarlo todo por ellas. Gracias por la función.
María Victoria Pilares
30 de octubre de 2017
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