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jueves, 29 de junio de 2017

Crítica: ESPERANDO A GODOT


La incertidumbre

¿Sufre más aquél que espera siempre que aquél que nunca esperó a nadie? (Pablo Neruda)

“Esperando a Godot” es una obra dramática escrita a finales de los años 40 por el dramaturgo, novelista y critico irlandés Samuel Beckett, perteneciente al teatro del absurdo. La  puesta en escena estuvo bajo la dirección de Omar Del Águila y fue presentada en la Asociación de Artistas Aficionados.

El espectáculo inicia con la llegada de Estragón (conocido como” Gogó”), interpretado por Ximena Arroyo; acto seguido aparece su amigo y defensor Vladimir (conocido como “Didí”), interpretado por Manuel Calderón. Estos vagabundos tendrán un aproximado de 40 a 50 años y a pesar de sus dolencias y necesidades, tienen un mismo fin, que es el de esperar cerca a un árbol la llegada de Godot. Ambos personajes buscan perder el tiempo: conversando, cuestionándose y jugando. Durante el tiempo de la espera serán interrumpidos por Pozzo (Percy Velarde), un hombre adinerado que tiene como su fiel sirviente a Lucky (Juan José Oviedo); estos personajes sorprenderán a Didí y Gogó y con sus elocuencias  harán que el tiempo de espera sea menos prolongado. Pero la pieza clave será el muchacho (Omar Rosales), que traerá un mensaje de Godot para Didí y Gogó.

El tema central de la obra es la espera de un personaje que nadie conoce; sin embargo, tanto los personajes como los espectadores esperamos que este se dé a conocer. La obra no cuenta con mucho argumento, las escenas son como círculos viciosos que se prolongan noches enteras, utilizando un lenguaje evasivo, cómico y sin sentido. Esperando a Godot representa la existencia de algo, la esperanza, la angustia y la desesperanza. La obra en sí no es muy clara, juega con la fantasía y la realidad, también con los silencios y crea en el espectador la angustia de saber qué se espera. La escenografía es minimalista y los elementos que se usaron (como el árbol o los residuos de escombros) reflejan el vacío de una vida miserable. La puesta en escena muestra la necesidad que tiene el ser humano por convivir con otros, el porqué no puede estar solo y se aferra a la fe para darle sentido a su existencia y así no morir en el intento. Me encantó poder ver  a grandes actores en esta puesta en escena. Gracias por la función.

María Victoria Pilares
29 de junio de 2017

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