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viernes, 4 de noviembre de 2016

Crítica: ROPA ÍNTIMA

Una conmovedora historia de opresión  

En 2014, la puesta en escena de Al otro lado de la cerca (Fences, 1983) consiguió llevarse el premio de El Oficio Crítico al mejor montaje dramático del año. Su productora general, Alicia Olivares, amparada en su preocupación por las desigualdades laborales de los actores afroperuanos en nuestro medio, consiguió una excelente puesta en escena, gracias al inspirado libreto escrito del premiado dramaturgo norteamericano August Wilson, que retrataba las vicisitudes de la comunidad afroamericana en el siglo pasado, y a la mano firme del director Jorge Villanueva. Dos años después, Olivares participa (ahora como actriz protagónica) en el XIII Festival de Teatro Peruano Norteamericano con una pieza de temática similar llamada Ropa íntima (Intimate Apparel, 2003), bajo la dirección de Talía Coloma con la producción general de Ébano Teatro, consiguiendo otro sentido y conmovedor montaje que retrata esta vez, lo absurda e injusta que es la discriminación racial y el maltrato a la mujer.

Ganadora del premio Pulitzer por su pieza En bancarrota (Ruined, 2008), la dramaturga afroamericana Lynn Nottage escribió Ropa íntima (Intimate Apparel, 2003) basándose en la vida de su propia bisabuela. La historia está ambientada en la Nueva York de 1905, en donde la joven afroamericana Esther Mills (Olivares) destaca por ser una hábil costurera, a pesar de ser analfabeta. Ella tiene su propio y rentable negocio creando lencería para señoras de la alta sociedad, entre ellas la estirada señora Van Buren (Leticia Narvarte ), así como para algunas damas de la noche, como la despreocupada Mayme (Anaí Padilla). Esther tiene una fallida relación a distancia con George (Gabriel Ledesma), quien se encuentra trabajando en Panamá, mientras mantiene una tímida relación amical con un judío ortodoxo llamado Marks (Daniel Zarauz). Es en el segundo acto de la puesta, que la vida de Esther cambia drásticamente cuando George aparece en la ciudad para contraer matrimonio con la costurera. La autora nos presenta una trama aparentemente simple y hasta acaso tradicional, pero que deja translucir la complejidad y los variados matices de sus personajes.

La producción se luce con un cuidado vestuario y escenografía, sin saturar demasiado el escenario del ICPNA de Miraflores, delimitando bien los espacios, en donde Esther dialoga con cada uno de los personajes por separado. Por su parte, la música en vivo acompaña con demasiada discreción. A destacar en el elenco el digno trabajo de Olivares, componiendo a una sobria Esther, que encuentra los momentos precisos para mostrar sus emociones extremas. A su lado, Narvarte y Padilla consiguen interpretaciones muy sentidas y creíbles, cada una en su particular registro. La pieza de Nottage se convierte en un duro y conmovedor retrato de la vida de los afroamericanos del siglo pasado, completamente pertinente en estas épocas de reivindicación de la mujer en la sociedad. Y así, como Al otro lado de la cerca, los esfuerzos del equipo artístico fueron recompensados con el Premio del Jurado del festival citado anteriormente. Ropa íntima es un recomendable espectáculo que debe verse.

Sergio Velarde
4 de noviembre de 2016  

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