Los valores atípicamente familiares
¿Pueden un simpático vampiro atolondrado, un monstruoso
súbdito y una niña huérfana reunir las condiciones para conformar una típica
familia? Esa es la interrogante que nos propone la compañía teatral Cientos
Volando y el dramaturgo y actor Juan José Oviedo (responsable de algunos montajes
de interés como Tú no entiendes nada y Árido) con la puesta en escena de Vampi:
La historia de un Conde. Ciertamente, el teatro dirigido a los más pequeños es
el que cuenta con el público más sincero de todos, pero es igualmente cierto
que este ha sido maltratado sistemáticamente a lo largo de los años por
inescrupulosos productores teatrales, capaces de darle literalmente “cualquier
cosa” con el único afán de lucrar. Sin embargo, en la presente obra, estrenada en
el Centro Cultural Ricardo Palma, se aprecia un particular énfasis por darle a
la familia un producto cuidado y novedoso, que logra en gran parte.
En estas épocas, en las que la sociedad en general se
enfrenta a un cambio necesario y radical de algunos de sus valores ya preestablecidos,
Vampi: La historia de un Conde resulta a
todas luces pertinente. Ambientada en un castillo gótico, la obra nos presenta
al divertido chupasangre en cuestión, inspirado en un conocido relato de Bram
Stoker, y su tierna relación con un enorme criado, inspirado a su vez en otro
de Mary Shelley. Las cosas se complican cuando la sobreprotectora madre de Vampi
envía a una jovencita llamada Dolly a trabajar en las labores del castillo.
¿Podrá el Conde detener su sed de sangre? ¿Podrá la monstruosa criatura contener
su furia y dominar sus celos? ¿Se convertirá la muchacha en una pequeña
vampiresa? ¿Lograrán los tres armonía familiar? La trama escrita por Oviedo es sencilla, pero prevalece la idea de
reconocer la diversidad que existe dentro de los valores familiares, propuesta
por demás, atinada.
La joven directora Grace Humire (actriz en Árido) logra
convincentes caracterizaciones por parte del elenco, que integran Andrea Díaz
Ghiretti, César Gabrielli Neyra y el mismo Oviedo, ofreciendo a su vez una entretenida historia con pertinente
mensaje incluido. Sin embargo, la utilización de algunos trillados recursos,
como algunos sonidos y gags harto conocidos de programas televisivos, no suma
al propósito de generar una atmósfera propia, agravado además por la presencia
de un piano que bien pudo ser utilizado para conseguir la musicalización en
vivo, durante toda la obra. Vampi: La historia de un Conde de la compañía
teatral Cientos Volando es un aceptable producto infantil, ciertamente con un vuelo
creativo en su propuesta, pero que podría alcanzar mayores brillos si logra
crear un propio y particular universo en el que se muevan sus curiosas
criaturas.
Sergio Velarde
28 de julio de 2016
Sergio Velarde
28 de julio de 2016
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