Las mujeres en la memoria.
Arístides Vargas sigue demostrando el porqué es uno de los dramaturgos
latinoamericanos más queridos y respetados del medio. La riqueza de sus textos
le han servido a diferentes agrupaciones para estrenar sólidos montajes, como
en el 2012, gracias al colectivo Panparamayo con La razón blindada y El deseo más canalla; o como este año, gracias a Espalda de Bogo con Malanoche, y a la Asociación
Cultural La Vale Teatro con Nuestra Señora de las Nubes, La República Análoga y
actualmente, La Edad de la Ciruela. Difíciles de catalogar como dramas o
comedias, las obras de Arístides siempre navegan ondulantes sobre el océano del
tiempo, impregnadas por el dolor y la alegría contenidas en los recuerdos de
sus entrañables personajes.
En La Edad de las Ciruela, estrenada en el Teatro Ricardo Palma de
Miraflores con la dirección Michael Joan (protagonista de La República
Análoga), la memoria y el paso inexorable del tiempo son los grandes
protagonistas, a través de los recuerdos de un par de hermanas llamadas Celina
y Eleonora. Ellas relatan, a través de sentidas cartas, su propia historia y la
de un variopinto grupo de mujeres que habitaba en una vieja casa, mientras la
madre de ambas niñas agoniza. Cada personaje, perteneciente a un linaje
familiar de tres generaciones diferentes, tiene una anécdota llena de humor cotidiano que
contar, mientras el vino de ciruela va fermentando. La crítica hacia el rol de la
mujer en el pasado también es puesta en el tapete, pues las mujeres que
aparecen en escena (re)claman a gritos por su libertad.
La mayor virtud de la dirección de Michael Joan recae justamente, en la
sencillez de su propuesta. Con escasos elementos escenográficos (una escalera,
un par de sillas), la pieza fluye gracias al excelente desempeño de las tres actrices
participantes: Claudia del Águila (productora e intérprete en La República
Análoga), Mariajosé Vega Bamonde (de Eclipsadas) y especialmente, una notable Leslie
Guillen. Todos los personajes que las actrices se encargan de recrear resultan entrañables,
destacando la inolvidable tía Adriática y la sirvienta Blanquita. Arístides Vargas
logra un bello texto acerca del universo femenino con un lirismo muy
apreciable, y que junto al talento de las actrices y el director, convierte al estreno
en nuestro país de La Edad de la Ciruela en un espectáculo teatral imprescindible.
Sergio Velarde
19 de setiembre de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario