Homenaje a ese entrañable cine de terror
Por una brevísima temporada, la Asociación Cultural Plan 9 presentó
un sólido y atípico homenaje para todos aquellos amantes del cine de terror y
suspenso de antaño, a través de un montaje compuesto por seis episodios
articulados por la presencia de un misterioso narrador llamado S. T. Tumba, con
su obligatoria revista Fangoria en su bolsillo trasero. Lo raro, obra del
mexicano Roberto Aguirre Sacasa (entre cuyos créditos figura la serie de culto
American Horror Story) y dirigida por el siempre eficiente David Carrillo,
puede confundir o hasta distanciar a aquellos espectadores no muy involucrados con
su temática, pero que ofrece un puñado de historias entretenidas y ejecutadas
en escena con mucho respeto por las fuentes de las que bebe.
Así como en las cintas Creepshow (1982) y La Dimensión Desconocida (1983)
o como en la serie Cuentos de la Cripta (1989–1996), la puesta en escena de Lo
raro traslada al teatro las conocidas antologías de terror, con algunas historias
mejor logradas que otras, pero manteniendo el mismo macabro espíritu. El primer
cuadro, titulado Bloody Mary, juega con las convenciones de las leyendas
urbanas, con varios guiños a conocidas sagas del género, en medio de una
conversación entre dos calenturientos jovencitos en una solitaria carretera; en Amor
Insectoide, se hace un homenaje a la clásica cinta La mosca (1958) de Kurt Neumann;
y en Una obrita sobre el bebé de Rosemary, a la capital película de Roman
Polanski de 1968. En Pantano gótico, acaso el episodio menos logrado, la mezcla
de lagartos antropófagos, vudú y zombis con desinhibidos chicos y chicas de los
ochentas no termina de cuajar; en la hilarante secuencia Una mañana light, la
planificación de un crimen por parte de una frustrada esposa, junta en escena a
su obeso esposo con su amante vampiro. Finalmente, en la inexplicable secuencia
Cenando entre superamigas, dos heroínas conversan sobre sus hazañas de antaño,
alejándose del propósito mismo del montaje.
Como toda producción de Plan 9, la ejecución escénica es impecable y
las actuaciones de Martín Velásquez y Valentín Prado (de El Vigilante Enmascarado), Alicia Mercado (de 8 mujeres), Óscar Meza (de ¿Qué tortura?), y
Marina Gutiérrez (de Las mujeres y Wallace) son solventes, bien dirigidas por
Carrillo. Como su propio director lo mencionó en una entrevista, esta obra
nació por el deseo de este grupo de exalumnos por presentar un montaje en medio
de las obras Dúo y la inminente reposición de La Fiaca en el Teatro Larco; Lo raro no supera a Confusiones,
otra comedia episódica también dirigida por Carrillo en el Teatro de Lucía,
pero sí se convierte en un sólido homenaje para todos aquellos fans que gozamos
con las buenas historias de terror de aquellos “años maravillosos”, que acaso
nunca volverán.
Sergio Velarde
26 de febrero de 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario