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sábado, 29 de septiembre de 2012

Crítica: EL MARQUÉS DE MANGOMARCA

La vigencia de Sergio Arrau

Luego de tres años, regresa a las tablas la divertida obra de Sergio Arrau, El Marqués de Mangomarca, siempre con la dirección de Carlos Rubín y con la actuación protagónica de Reynaldo Arenas. Podemos afirmar que luego del tiempo transcurrido, la obra ha ganado puntos a favor en este nuevo reestreno, pero aún se encuentra en camino de alcanzar los brillos que el descabellado texto promete. El volumen de voz y la dicción de algunos intérpretes todavía dificultan el total entendimiento de las acciones y perdemos gran parte del riquísimo texto de Arrau, quien combina fragmentos de obras clásicas dentro de la historia principal.

La trama involucra a dos parejas: por un lado, el Marqués Abelardo (Arenas), castrado por un perro, y su eterna musa Eloísa (Titi Plaza), quien vive en un convento; y por el otro, don Juan Casanova (Jorge Luis Rivera), un conde de pueblo joven, y su esposa Margarita (Cristina Urueta), quien lleva puesto un cinturón de castidad. Una apuesta entre los varones en cuestión sobre quién seduce a la amada del otro desencadena el drama, que incluye además a personajes secundarios, que queriéndolo o no, se roban cada escena en la que intervienen: la criada celestinesca (Mirta Urbina, quien retoma su papel en gran forma), la disparatada madre superiora y la enfermiza madre de don Juan (ambas interpretadas por la actriz cómica Zelma Gálvez), y un demonio amanerado (Alexander Pacheco).

El teatro Julieta le permite ahora al director tener la caja negra necesaria para definir con precisión los espacios, así como mejorar la estética de toda la puesta en escena en general. El sólido acompañamiento al piano de Jairo Betancourt marca el ritmo de la obra. Difícil olvidar a los notables y enérgicos Jeffrie Fuster y Úrsula Kellenberger, quienes opacaban al resto del elenco en el montaje anterior; en cierta forma, Pacheco y Gálvez se las ingenian para salir airosos de la prueba, además de mantener la homogeneidad de las actuaciones en la presente oportunidad. El Marqués de Mangomarca es un divertido espectáculo que mantiene vigente a un dramaturgo tan especial como Sergio Arrau.

Sergio Velarde
29 de setiembre de 2012

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