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domingo, 4 de marzo de 2012

Crítica: COMEDIA DEL ARTE

Divertidísimo espectáculo a media máscara

Como oposición al teatro clásico y humanista, surge en Italia en el siglo XVI la llamada Comedia del Arte, un estilo teatral que se nutría de la improvisación, del uso de medias máscaras, de personajes arquetípicos y de temas como los equívocos amorosos, los amores no correspondidos, la suplantación de personalidades, con fiesta y carnaval perennes a lo largo de todo el espectáculo. Justamente, se presenta en el Centro Cultural CAFAE una obra denominada Comedia del Arte, de autor anónimo y adaptada por el propio grupo a cargo, de nombre Carpe Diem e integrado por alumnos de la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático ENSAD. Una iniciativa de la institución que exige una cierta cantidad de horas en temporada a su alumnado, y que nos permite disfrutar de excelentes montajes, como lo es el de la presente reseña.

Comedia del Arte rescata lo mejor de los espectáculos cómicos del renacentismo, narrando las aventuras de los sirvientes Brighella (Fiorella Chicoma - Ivanna Salgado) y Arlequín (Narayana Campos), quienes deben ayudar a sus respectivos patrones Octavio (Sergio Armas) y Horacio (Luis Trelles), para conseguir a sus amadas, obviamente a cambio de dinero. En medio de ellos, el Doctore (Narayana Campos), padre de Isabella (Leonela Pajares), la quiere unir a la fuerza con el Capitano (Sergio Armas); mientras la viuda Ardelia (Ana María Aparicio) llora por amor, siendo cortejada sin éxito por el Doctore. Por otro lado, el anciano don Pantaleón (Pablo Vega), quiere comprometerse con Isabella, aunque sus hormonas revolotean al aparecer la criada Esmeraldina (Sofía izquierdo), quien a su vez es cortejada por Arlequín. Divertidísimos enredos amorosos, llenos de picardía y carnaval, en el que sólo importa conseguir provecho de la situación y encontrar el amor esquivo.

La directora Sofía Palomino aprovecha del todo a sus actores, especialmente en su gestualidad y plasticidad, tal como lo hizo en la puesta en escena de Arlequín, servidor de dos patrones, estrenada en el frontis de la ENSAD. Corrige el uso del playback con música y voz en vivo. Pero ahora, dentro de un auditorio, debe afinar algunos detalles técnicos como la iluminación, que debe ser más precisa; la entrada y salida de los actores a través de los telones, que evidencian los camerinos; y los ruidos provocados por los cambios de vestuario, que distraen de lo que ocurre en escena. Eso sí, observar a los actores divertirse entre ellos, dentro del contexto de la obra y sin salir de personaje, resulta impagable, como toda buena Comedia del Arte. Un nuevo acierto del elenco de la ENSAD, con la producción del grupo Carpe Diem, que este año se convierte sin duda, en toda una revelación.

Sergio Velarde
04 de marzo de 2012

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