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sábado, 30 de abril de 2011

Crítica: NOSTALGIA

Sencillo romance entre el escritor y la bailarina

Basada en un hecho real, la obra Nostalgia, escrita, dirigida y protagonizada por Luis Enrique Cornejo y presentada por el grupo Teatro del Horizonte, narra la historia de un joven José Carlos Mariátegui (Romualdo Travezaño), antes de convertirse en el reconocido escritor y político socialista nacional, quien cautivado por la sensualidad de la bailarina suiza Norka Rouskaya (Rosa Micaela Távara), la convence junto a otros intelectuales limeños para danzar de madrugada la «Marcha Fúnebre» de Chopin en el Cementerio Presbítero Maestro en pleno 1917, para luego ser encarcelado por el escándalo generado. Presentada en los auditorios satélites del Británico, Cornejo cumple en presentar una puesta en escena limpia, austera y directa, que explora superficialmente la relación sentimental entre el escritor y la bailarina y el trasfondo político del primero en mención, haciendo extrañar acaso una mayor profundidad tanto en las acciones como en el desarrollo dramático de los personajes. Sin embargo, esta obra representa un evidente progreso respecto a su anterior montaje como dramaturgo y director.

Luego de Trances (2007), estrenada en la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático (ENSAD), Cornejo hábilmente corrige sus principales defectos para Nostalgia: reduce considerablemente la duración de la puesta en escena, prescinde de diálogos inútiles y elimina los constantes apagones para ordenar las escenas. Nostalgia fluye sin interrupciones, el trío de actores nunca abandona el escenario e incluye un elemento multimedia que ayuda a recrear el espectáculo realizado por la bailarina en el Cementerio. Los actores Travezaño y Távara le imprimen una agradecida dosis de ingenuidad a su relación en escena y Cornejo cambia de registro con precisión, aunque debe cuidar con mayor énfasis el volumen de su voz.

El grupo Teatro del Horizonte ya anuncia su próximo montaje: Ojos bonitos, cuadros feos de Mario Vargas Llosa, todo un reto para un grupo que poco a poco va consolidándose dentro del medio. A destacar también la labor de la Asociación Cultural Peruano Británica, que viene ofreciendo espectáculos gratuitos a un público ávido de cultura, así como también el mejoramiento de sus auditorios y el apoyo a los grupos jóvenes de teatro que merecen una oportunidad de confrontar sus espectáculos con los espectadores.

Sergio Velarde
30 de abril de 2011

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