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domingo, 24 de abril de 2011

Crítica: CUENTO ALREDEDOR DE UN CÍRCULO DE ESPUMA

Riesgoso homenaje a Sara Joffré

Un gran reto fue el que decidió enfrentar este año el grupo Espacio Libre: homenajear a la destacada Sara Joffré por su incansable labor como teatrista, dirigiendo una obra de su autoría que sólo llegó al escenario por primera y única vez en 1962, llamada Cuento alrededor de un círculo de espuma, dirigida en aquel entonces por Alonso Alegría en el Club de Teatro de Lima, y que marcó el despegue de Sara como una de las principales dramaturgas nacionales. ¿Por qué esta obra se mantuvo retenida en el papel por tanto tiempo? Podríamos ensayar algunas hipótesis: Cuento alrededor de un círculo de espuma llegó a escena acompañada de otra pieza, En el jardín de Mónica, que recibió una mayor acogida y aceptación, como lo demuestran sus numerosas reposiciones y “excavaciones”, estas últimas realizadas (o perpetradas, según Alegría) por el grupo brasileño Caleidoscopio. Además, una crítica de aquella época, publicada en el diario Expreso por Ciro Alegría, afirma que Cuento alrededor de un círculo de espuma “está menos lograda, tiene parlamentos innecesarios, cuadros que parecen repeticiones, pero que sus hallazgos de expresión, la finura de algunos matices psicológicos, nos compensan ampliamente”. Estamos entonces, ante un enorme riesgo que el buen director Diego La Hoz logra resolver, felizmente, casi en su totalidad.

Con un minimalista y cuidado montaje, un estilizado vestuario, unos sencillos y funcionales elementos escenográficos, y una gran solvencia escénica en sus jóvenes intérpretes (Andrea Chuiman, Karlos López y Jhosep Palomino), esta nueva versión del Cuento alrededor de un círculo de espuma logra adaptarse con holgura a nuestro tiempo, luego de casi 50 años, y mantener la vigencia en su mensaje. Dos payasos sin nariz roja, Trigo y Lechuga, forman parte de un circo de barrio y pasan sus días de manera rutinaria, pero en armónica amistad, subiendo y bajando escaleras, e imaginando situaciones con los trastos que encuentran en un cajón. La llegada de Elena, una mujer de frágil apariencia y negrísimos zapatos de taco, creará el enfrentamiento entre los amigos. La sencilla anécdota, con mucho lirismo y algunas pinceladas de humor, es matizada oportunamente con ágiles movimientos y desplazamientos de los actores. Algunos textos reiterativos y el abrupto final son compensados en escena por la atmósfera poética que le imprime el director. Acaso esta estilización en las imágenes, que La Hoz maneja con evidente maestría, distraiga por ratos del conflicto principal, pero sin afectar en demasía el desarrollo dramático de los personajes.

Pero la mayor virtud (de acuerdo a las palabras del director al finalizar la función) de este reestreno demasiado tardío en el Centro Cultural CAFAE-SE de San Isidro, sea la de festejar la vida de una incansable e imparable promotora teatral como lo es Sara Joffré. Este Cuento alrededor de un círculo de espuma, más allá del riesgo involucrado en la elección de la obra y en el desarrollo del proceso, se convierte en la excusa ideal para revisitar los inicios de una dramaturga comprometida con nuestro medio, que mantiene desde siempre la misma vitalidad y esfuerzo hacia su mayor pasión: el teatro. Como dato curioso, En el jardín de Mónica, hermana gemela del presente montaje, también se encuentra en cartelera en la AAA. Motivo ideal para un futuro comentario, que demuestra fehacientemente la vigencia de nuestra Sara.

Sergio Velarde
24 de abril de 2011

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