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domingo, 26 de octubre de 2008

Crítica: LA PERA DE ORO

Revitalizando el teatro infantil 

Qué reconfortante es apreciar una obra de teatro infantil que no trate a los niños como retrasados mentales, que no mezcle personajes de cuentos de hadas con populares ídolos televisivos y que no se limiten, con regular o menor fortuna, a plagiar descaradamente alguna película de Disney con el único fin de lucrar en la taquilla. Como dice la crítica Sara Joffré, los peores trabajos teatrales ocurren en las obras infantiles. Y esta reflexión viene al caso, luego de apreciar una de las excepciones a la regla, uno de los montajes más bellos e impecables del año, en cuanto a teatro para niños se refiere: “La pera de oro” de César de María con la dirección de Patricia Romero.

La historia, basada en uno de los cuentos que el autor le narraba a su propia hija, nos presenta a la niña Alicia, quien deberá encontrar un remedio para la enfermedad que aqueja a su hermanita, con la compañía de su inseparable gato de peluche. Se inicia así una entretenida aventura, en la que la protagonista aprenderá grandes lecciones con simpáticos personajes que se le cruzarán en el camino, hasta dar con la recompensa final, una pera de oro capaz de curar cualquier enfermedad. Se trata de una historia que recoge situaciones y elementos de otras fuentes, pero que en escena lucen originales y frescas, volviendo la puesta en escena más atractiva.

Romero logra un montaje ágil, ameno y muy lúdico, con un buen manejo del espacio, y con escenografía y luces que crean y delimitan acertadamente los lugares en los que se desarrollan las diversas escenas. Anneliese Fiedler y Guillermo Machiavello como Alicia y el Gato, respectivamente, aportan energía y precisión a sus personajes, guiando y haciendo partícipes a los niños de sus aventuras, siempre con la ayuda de la Narradora, interpretada muy acertadamente por Angela Zignago. Masha Chavarri y Nicolás Fantinato tienen la misión de crear a los diversos personajes que aparecen en el camino y logran su cometido con gran convicción.

“La pera de oro” es un montaje que revitaliza el teatro para niños, y nos invita a mantener viva la esperanza de que este tipo de teatro puede brindarnos verdaderas y muy gratas sorpresas, con el único fin de educar a los más pequeños en la visión de las artes escénicas, pues serán ellos quienes elijan qué espectáculos ver en el futuro. No se trata de lucrar a corto plazo, sino de arriesgar para lograr buenos frutos, como “la pera de oro”, a largo plazo.

Sergio Velarde
26 de octubre de 2008

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